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lunes, 19 de febrero de 2018

Álava * Navarra * La Rioja


Santa María de Eunate


Uno de los edificios más enigmáticos que podemos encontrar recorriendo el Camino de Santiago se ubica solitario en medio de un campo de cereal,  cerca de la villa navarra de Muruzábal.  Todos los que nos hemos sentido atraídos por la historia templaria hemos sentido la necesidad de conocer esta iglesia.  Probablemente, la ausencia de documentos haya hecho de Santa María de Eunate,  un hervidero de hipótesis.  


Nunca se sabrá a ciencia cierta los motivos que llevaron a los caballeros Templarios a elegir este lugar deshabitado donde solo se ven campos  agrícolas para la siembra de cereales. Aunque también hay fuentes que relacionan el templo con los Caballeros de San Juan, cuya presencia en las rutas jacobeas  está más contrastada y lo podían haber utilizado como complejo hospitalario para la asistencia a peregrinos. Según una amiga navarra muy aficionada al románico y al esoterismo, Eunate, pudo funcionar como capilla funeraria y que era probable que existiera una “linterna de muertos” para velar por los difuntos, en el lugar que hoy ocupa la espadaña.




Habrá pocos aficionados al románico que no hayan visto alguna vez la inconfundible silueta de la iglesia  de Eunate, que se caracteriza por su planta octogonal rematada por un ábside semicircular orientado al este como es habitual, rodeado por una arquería también de planta octogonal. Según la mayoría de los autores se cree que esta galería tenía carácter procesional en forma de claustro, pero sea como sea, la verdad es que se han encontrado numerosos enterramientos cerca de la arquería, lo que refuerza la tesis del carácter funerario del templo.



Esta arquería consta de ocho tramos; tres orientados al norte que llevan arcos de medio punto apoyados por columnas pareadas que se rematan con esquemáticos capiteles;  el resto están repartidos por los lados sur, este y oeste y podemos ver que apoyan en pilastras prismáticas y es de suponer que se debe a una reforma más moderna.
Por encima de la cubierta se levanta una espadaña con dos troneras para las campanas.



Los capiteles que encontramos en los tres tramos originales, aunque bastante erosionados todavía se aprecian temas vegetales con zarcillos, grandes máscaras vomitando tallos que nos recuerdan a los “Green Man”, leones afrontados y un crucificado al que le falta la cruz y que está rodeado por un grupo de personajes.




Los ocho lienzos o calles en que se articula el octógono del cuerpo principal están separados entre sí por columnas en los ángulos que  finalizan en capiteles decorados con motivos  vegetales que llegan hasta las cornisas, que están apoyadas en grandes canecillos sin decorar.



Muy interesantes son las portadas de acceso a la nave, sobre todo la situada en el muro norte, que coincide con los tramos originales de la galería.  Esta portada se abre por medio de cuatro arquivoltas  decoradas con baquetones que apoyan en jambas lisas y columnas cilíndricas alternativamente y se rematan con capiteles decorados.  Cubre  las arquivoltas un bellísimo  guardapolvo  en el que se representan distintos personajes humanos que conviven con animales imaginarios y seres monstruosos.


Unos cimacios labrados a base de zarcillos y palmetas inscritas, coronan los capiteles que presentan una decoración de motivos vegetales los exteriores Los capiteles, coronados por cimacios labrados a base de zarcillos y palmetas inscritas en círculos, presentan decoración vegetal los exteriores; y unos mascarones cuyas barbas se prolongan por la cesta en forma de tallos.



La columna interior derecha luce en su capitel  una figura  que si la miras de arriba abajo aparece una simple cabra, pero si le observas al revés parece un diabólico rostro con barbas en espiral que algunos han identificado como  “Baphomet”.  Una de las principales acusaciones de los enemigos de la orden de los Templarios, tenía que ver con Baphomet, un misterioso personaje al que, se decía, que los templarios lo adoraban. Baphomet era una insignia, una demostración de la maldad y por ello no había más remedio que destruir la orden, como así fue.
.La otra puerta se encuentra en el costado opuesto a la cabecera, y se abre por medio de un simple arco de medio punto cubierto por un guardapolvo adornado con motivos de zigzag.



Santo Sepulcro de Torres del Río

La fama de esta iglesia románica del Santo Sepulcro de Torres del Río viene determinado por ser uno de los pocos templos poligonales de España. También por su belleza y rigurosa calidad constructiva, con  magníficos sillares y cuidada terminación en todos los detalles, tanto escultóricos como arquitectónicos


La iglesia de Torres del Río ha sido atribuida tradicionalmente, como es habitual en las iglesias de planta poligonal,  a la Orden de los Caballeros del Temple, si bien no hay ninguna prueba documental que lo corrobore.  También hay quien dice que pudo ser construida por la Orden del Santo Sepulcro por sus reminiscencias con el famoso templo de Jerusalén.


Hay  bastantes voces que dan por sentado que el uso de esta iglesia, al igual que la que Santa María de Eunate fue principalmente funerario. Su linterna superior se ha asociado con un "faro o linterna de los muertos". La función de esta pequeña torre o linterna parece que es doble. Se mantenía encendido un fuego en su interior que permitía ser avistada desde largas distancias por los peregrinos.


La iglesia del Santo Sepulcro de Torres del Río tiene planta de octógono ligeramente irregular,  con un  ábside de  semicircular orientado al este, prácticamente liso salvo una pequeña cenefa y una ventana en el centro, además de una torre cilíndrica al oeste.  La fachada  principal se divide en tres cuerpos.  Siendo el primero liso salvo donde se abre la portada.


En el segundo cuerpo vemos varios arcos ciegos apuntados en uno de los cuales se abre una ventana de medio punto con una arquivolta formada por cuatro dovelas lisas cubiertas por un guardapolvo decorado con flores cuatripétalas. Apoya en dos columnas con capiteles decorados con aves y motivos vegetales.




El cuerpo más alto, es el más completo de todos, compuesto por tres ventanales de arcos de medio punto formados por dos arquivoltas de baquetón y escocias en las que vemos una hilera de bolas.  Por encima de las arquivoltas corre  una chambrana con una decoración geométrica.  Apoya el conjunto de columnillas coronadas por capiteles decorados con diferentes motivos vegetales.


La fachada está reforzada y embellecida por columnas que llegan hasta el alero donde ayudan a sujetar la cornisa. Los canecillos de esta cornisa son trilobulados, de influencia islámica.  La puerta de ingreso se encuentra en el paño meridional. Es muy sencilla y bastante reconstruida como se aprecia en las columnas, cuyos capiteles son lisos.



En el interior el elemento más valioso de la iglesia del Santo Sepulcro de Torres del Río es su estructura vertical y en especial, su abovedamiento. La bóveda principal es de evidente raigambre califal, con ocho arcos  que se entrecruzan, con lo que   se conforma una estrella de ocho puntas.




Álava

Tuesta  *  La Asunción

Esta iglesia sufrió una excesiva restauración en el año 1962 en al que suprimieron un enorme torreón medieval que según algunos entendidos lo habrían levantado los caballeros Templarios, pero eso creo que son solo leyendas interesadas. La planta original de este templo  es de una sola nave, cabecera con un amplio presbiterio  y ábside poligonal de seis lados. Una gran portada abierta en el muro sur, quizá algo más tardía y un conjunto escultórico con la Epifanía.



La iglesia de la Asunción de Tuesta es conocida por su monumental portada abierta en el muro sur, que se abre mediante seis arquivoltas y chambrana bastante apuntadas que apoyan en seis pares de columnas y dos jambas. Por encima de la clave del guardapolvo posteriormente se colocaron siete estatuas de claro estilo gótico, con las escenas de la Epifanía y la Anunciación.




Podemos ver en el lado izquierdo a los tres Reyes Magos, de forma escalonada y portando sus presentes; a continuación en el centro la Virgen María con el Niño sentado en su pierna izquierda, le sigue San José, en este caso de pie y no dormitando como es habitual; el arcángel San Gabriel que anuncia a María, situada en el extremo, la buena nueva..




De las seis arquivoltas, las dos  interiores son las más simples, decoradas con motivos geométricos de dientes de sierra y arquillos lobulados.  La tercera arquivolta es figurada y se compone de diez ángeles con instrumentos musicales.



La cuarta arquivolta quizá sea la más interesante, pues en ella se representan los oficios y actividades cotidianos de la época, por medio de personajes con distintas actitudes, como comer, beber, dormir, pelear, un avaro, monjes leyendo libros, músicos, un personaje itifálico, etc.



En la quinta arquivolta representa un bestiario con animales reales, la mayoría cuadrúpedos y la sexta se compone de otro bestiario, esta vez de animales fantásticos, en los que abundan los alados, aunque también vemos dragones, grifos o esfinges, además de una lucha entre un hombre y una fiera.




En los capiteles de las columnas podemos ver personajes peleando y abrazándose  y a San Miguel luchando con un dragón. En el otro lado vemos un sagitario apuntando con su arco a un grifo,  dragones y arpías, o a San Martín compartiendo su capa con un mendigo.



El ábside es de gran monumentalidad con unos  anchos contrafuertes que envuelven los amplios ventanales situados en las calles del mismo. Estas ventanas se abren mediante dos arquivoltas de boceles que apoyan sobre dos parejas de  columnillas.




Bajo la cornisa podemos ver una extraordinaria colección de capiteles y canecillos muy bien conservados, donde abundas las cabezas humanas, aunque también podemos ver alguna de león y varios animales de cuerpo entero.



Por el interior la bóveda del ábside consiste en seis nervios que apean en columnas adosadas y rematan en una clave común decorada con varios relieves policromados.  En uno podemos ver un Pantocrátor con una cruz en la cabeza bendiciendo con la mano derecha y el otro más sencillo presenta las figuras de dos ángeles a los lados de una cruz patada.  (Otra referencia a los Templarios)



La nave se cubre con  bóvedas de crucería sencilla  con nervios muy anchos. Los arcos fajones son doblados y apuntados,  los apoyos son pilastras a las que se adosan ocho columnas coronadas con capiteles con motivos vegetales, otros con cabezas humanas, algunas con rasgos grotescos. 


En el lado norte de la cabecera podemos admirar una imagen de madera policromada de la Virgen y el Niño “La "Virgen Blanca" aunque creo que ya es de época gótica.

San Prudencio
de Armentia

Cuando viajas por la provincia de Álava visitando templos medievales por su geografía ves que ha conservado muchas de sus obras  románicas, pero se aprecia que  la densidad de iglesias es muy desigual dependiendo de unas comarcas o de otras. San Prudencio de Armentia es una de las construcciones románicas más espectaculares que nos encontramos dentro de la provincia de Álava y en la Edad Media fue un importante centro espiritual.


En el tiempo comprendido entre los siglos IX y XI este templo fue sede del obispado, pero el edificio que hoy podemos contemplar ya es un a construcción románica de la última década del siglo XII.  Su planta es de una sola nave con crucero y un pequeño ábside semicircular. Originariamente este templo fue construido con planta de nave única con transepto, presbiterio y ábside de tambor realizado en magnífica sillería.



En los aleros de la cornisa vemos una extraordinaria colección de canecillos bellamente  tallados y que sin duda fueron reubicados a lo largo de toda la cornisa y que han servido de ejemplo a numerosos templos de las cercanías.   La mayoría son de gran belleza decorativa que pueden ser obra del segundo escultor que trabajó en este templo.



Exteriormente el pequeño ábside se articula en tres lienzos o calles por medio de  dos  columnas adosadas que llegan hasta la cornisa a la que ayudan a sustentar por medio de dos capiteles vegetales.  En cada una de las calles se abre una buena ventana aspillerada con arco de medio punto, arquivolta, columnas y capiteles.  Sus dos cuerpos se dividen horizontalmente por medio de una imposta ajedrezada que corre a la altura de las bases de las columnas.


Lo más llamativo lo encontramos en el exterior y se trata de varias piezas recolocadas en la galería que da acceso a la iglesia.  Vemos los tímpanos que con seguridad pertenecieron a las dos portadas antiguas. En el lado izquierdo se han colocado unos relieves que, sin duda, pertenecieron al templo anterior.  Se trata dos grandes tímpanos que casi seguro pertenecieron a las antiguas portadas desaparecidas.  


Uno de éstos tímpanos, el más grande representa la Ascensión de Cristo en el que aparece rodeado de once apóstoles, (cosa extraña que solo sean once, a no ser que sea debido a la ley del marco) y dos personajes que parecen representar a Enoch y Elías.  La figura de Cristo está descabezada y no guarda relación con la de los apóstoles al ser su tamaño mucho mayor.
Por encima de las cabezas de los apóstoles se han colocado unas edificaciones acastilladas que sin duda representan a la Jerusalén Celeste.


Vemos otro tímpano que quizá perteneciera a una portada secundaria que representa al Cordero Místico, con una cruz entre sus patas y dos personajes, probablemente San Juan e Isaías.  


Poco más abajo se encuentran dos ángeles sosteniendo un gran crismón.  En todo el grabado podemos ver inscripciones relativas a Cristo.  Bajo este tímpano se encuentra un nicho sepulcral con gruesos barrotes unidos por arquillos trilobulados que nos permite ver por el hueco un sarcófago decorado.


Empotrados en el muro este del pórtico encontramos  dos extraordinarios relieves del siglo XIII, que según nos describen algunos autores estaban colocados en la parte alta de la fachada principal. En uno se  representa el Santo Entierro, donde vemos a las tres Marías ante el sepulcro de Cristo; que parece estar relacionado con los relieves del claustro del Monasterio de Santo Domingo de Silos.


 En el otro el motivo representado es el tema de la Anástasis o el Descenso de Cristo a los Infiernos.  En la parte de abajo podemos ver una representación de la escena del Santo Entierro donde se  muestra el pasaje, bastante dañado  de la Resurrección, representado por varios  soldados durmiendo.

Santa María de Estíbaliz


La iglesia de Santa María de Estíbaliz es una construcción románica del siglo XII con planta de cruz latina una cabecera de tres ábsides de los que central es muchísimo más ancho y alto que los absidiolos laterales.  Se articula por medio de dos columnas adosadas con capiteles vegetales que no llegan hasta la cornisa.


Es todo macizo, sin ninguna ventana y la cornisa se apoya en una serie de canecillos figurados en los que vemos cabezas de animales, un asno con un instrumento musical, una cabeza monstruosa, una cabra,  un león, dos pequeños leones afrontados, un pez, etc.  Los dos absidiolos son enormemente simples aunque en ellos se abre una pequeña ventana con una arquivolta         y un guardapolvo moldurado que apoyan sobre un par de columnas decoradas con capiteles con motivos vegetales  


La fachada principal se compone de tres cuerpos, en el bajo, la portada; en el segundo un gran ventanal, y en el último una espadaña con dobles troneras.  La portada abocinada está protegida por un tejaroz apoyado en una serie de canecillos.


La ventana del segundo cuerpo se abre por medio de tres arquivoltas de baquetón y un guardapolvo ajedrezado. Descansan en columnas coronadas por finísimos capiteles con una bella labor de trépano, los interiores con entrelazos y cabecitas humanas, con rosetas o una flor de lis.  Corona la fachada la espadaña con dos troneras.



El elemento más destacado de este muro es su extraordinaria portada, que algunos llaman “La Porta Speciosa” por su semejanza con la del monasterio navarro de Leire.




Se abre por medio de tres arquivoltas; la primera adornada con un baquetón y apoya sobre la jamba; la segunda lleva una bella decoración de motivos vegetales de acantos; en la tercera se mezclan junquillos con piñas y roleos sobre sogueado, sorprendiendo la figura de un pequeño león al final de la arquivolta.  El guardapolvo se decora con una cadeneta de piñas y besantes.




Las cuatro columnas acodilladas  son realmente bellas decoradas con motivos geométricos y vegetales, como encestados y flores cuatripétalas.  El ornamento se completa en las jambas, donde podemos ver, en la izquierda, una representación de un Pantocrátor bendicente, bajo el que vemos una serie de roleos contorneados.  En la jamba derecha vuelven a aparecer los roleos con una magnífica labor de trépano.






Son de destacar los cuatro capiteles trepanados sobre anchos collarinos. El exterior de la parte derecha lleva un entrelazo vegetal y en lo alto aparece una cabeza barbada.  El interior presenta dos filas de hojas con cogollos en los ángulos una doble fila de acantos con las puntas vueltas.  En la parte izquierda,  y en el exterior vuelve la decoración vegetal con grandes hojas de acantos con las puntas vueltas.





En  las enjutas vemos varias piezas que parece que han sido reubicadas, una representa la Anunciación, donde vemos bajo arcadas separadas por una columna con capitel al arcángel San Gabriel y a la Virgen María. En otra situada a la izquierda de la portada vemos un atlante en cuclillas soportando un capitel de tradición corintia.



Nuestra Señora de la Asunción de Lasarte




Cuando  llegamos a la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Lasarte nos encontramos con un templo que más se parece a una fortaleza que a una iglesia, pues tanto su cuerpo como su torre así parecen atestiguarlo.  Es una construcción de un estilo gótico muy avanzado ya que si nos atenemos a una inscripción que vemos en el interior, fue concluida a principios del siglo XVI.




Muy poco se conserva de su antigua fábrica románica, pues  tan solo quedan por el exterior sus dos extraordinarias ventanas que nada tienen que ver con el resto de la fábrica y que estuvieron varios siglos ocultas.  Están fechadas en los últimos años del siglo XII o primeros del XIII. Según algunos expertos, estas ventanas estarían en principio destinadas  a la vecina iglesia de Armentia, pues se parecen demasiado a las últimas obras desarrolladas por este mismo  taller.




En el lado sur del ábside se ubica una de estas dos ventanas de un gran valor ornamental y se abre por medio de dos arquivoltas de medio punto que descargan sobre dos parejas de columnas y llevan una rica decoración.



En la arquivolta interior, vemos, unos carnosos acantos, y en la exterior una serie de roleos formados por hojas dentadas y flordelisadas.  Por encima corre un guardapolvo de muy parecida ejecución. Los cimacios, sobre todo el izquierdo nos muestra un trepanado sorprendente.  Los capiteles por desgracia están bastante erosionados en la parte derecha, pero enfrente podemos ver unas espirales con piñas de muy buena ejecución.



 La otra ventana, más monumental si cabe se abre por medio de cuatro arquivoltas superpuestas y la correspondiente chambrana o guardapolvo.  En la arquivolta más interior vemos una banda de cadeneta con flores; la segunda, roleos con hojas vegetales; La tercera está formada por acantos y la cuarta, por abalorios, mientras que la chambrana luce roleos en espiral. Los capiteles de esta ventana siguen el modelo de trepanado y son casi todos vegetales aunque parece distinguirse alguna figurilla.




Los fustes formados por seis estatuas columnas, tres a cada lado de la sencilla aspillera, son figuras de Apóstoles vestidos con túnicas y mantos con mucha regularidad en los pliegues muy parecidos a los del pórtico de Armentia.






El primer apóstol de la parte izquierda creo que podría tratarse de San Pablo, por su calvicie y larga barba.  El personaje central muestra en sus manos unas llaves, por lo que se trata de San Pedro. El apóstol del fuste interior representa a un hombre joven sin barba pero con una gran melena.






En el lado derecho, la primera figura se muestra descabezada y lo único que se ve es parte del cuerpo y un libro que sostiene en la mano izquierda, la segunda señala con la mano un libro y luce gran melena y barba y el último, se gira hacia el exterior y alza su mano derecha en señal de saludo.




 En resumen, resulta desconcertante su ubicación en este templo y tengo mis dudas si estos dos magníficos ventanales han pertenecido siempre a esta iglesia o fueron hechas para su vecina de Armentia, al menos, casan mejor con la monumentalidad de esta.





Marquínez  *  Ermita de San Juan
Los primeros documentos que tenemos sobre la fundación de esta ermita de San Juan, son los que nos indican que perteneció al Monasterio de San Millán de la Cogolla a finales del siglo XI.  Para encontrar una nueva referencia escrita sobre la localidad hay que remitirse a la propia ermita de San Juan, donde, podemos ver una lápida en la que se conserva la inscripción fundacional, que nos remite a una fecha del año 1226.



Se asiente sobre un solar irregular, pero fue adaptada a las formas del terreno por medio de unos sillares de muy buena calidad.  El templo es una sencilla construcción de una sola nave, con amplio presbiterio y ábside semicircular.



La construcción de esta ermita está perfectamente reconocida en esta lápida fundacional empotrada en el muro sur junto a la portada. En ella puede leerse la siguiente inscripción:  



HEDIFICATIO HUIUS TEMPLI FUIT FACTA SUB ANNO D OMNI MCCXXVI NONO KL DECEMBRIS IOHE PETRI EPO EXISTENTE IN CALAGURRA.  ET REGNANTE FERSINADDO IN CASTELLA. ET M ARCHIDIACONO IN ARMENTIA. ET FORTUNIO DE MARQUINEZ ARCHIPRESBITERO IN TRIVINIO. ET GARSIAS DE PANGUA MAGISTRO IN ARMENTIA. UT VIDENTES HOC SCRIPTUM ORENT PRO ANIMIA EPI ESPECIALITER. ET OMNIBUS BENEFACTORIBUS HUIS TEMPLI.




Pese a esta cronología tan tardía podemos ver que muchos de sus elementos no se difieren en nada con construcciones románicas datadas con mayor antigüedad.  Uno de estos elementos es su magnífica cabecera articulada en tres calles o lienzos, divididas por columnas adosadas que llegan hasta el alero al que por medio de sus capiteles ayudan a sostener.



En la calle central se abre una buena ventana compuesta por dos arquivoltas de medio punto que apoyan en sendas columnas coronadas por capiteles decorados con motivos vegetales en los que aparecen cabecitas humanas entre el follaje. Bajo las bases de la ventana corre una imposta decorada de ajedrezado que divide el hemiciclo en dos cuerpos.




Destaca también su portada de acceso que se está situada en el muro sur. Se abre en un cuerpo adelantado del muro, protegida por un tejaroz que está apoyado en una serie de canecillos de caveto y proa de nave.
Se compone de tres arquivoltas que ya denotan un ligero apuntamiento.  Las dos exteriores llevan decoración vegetal a base de hojas de acanto con las puntas vueltas.  La intermedia presenta decoración de zarcillo de entrelazo. Separan las arquivoltas molduras baquetonadas decoradas con bezantes, que descansan en los capiteles, algo que no es habitual.




Los capiteles, seis a cada lado, donde apoyan las arquivoltas y chambrana y uno para el arco de acceso, son en su mayoría de motivos  vegetales en los que ha incrustado  alguna cabecita humana entre volutas. A pesar de su sencillez son de gran  realismo gracias a su precisa talla a trépano.



También en este muro sur podemos ver una elegante ventana que se abre con tres arquivoltas de medio punto que apoyan sobre columnas coronadas por capiteles  muy semejantes a los que podemos ver en la portada.



A su derecha en el tramo recto del presbiterio se abre otra magnífica ventana de las mismas características, aunque de un poco mayor tamaño y con similar decoración.  Son tan parecidas que parecen gemelas.


Gaceo  *  San Martín

La iglesia de San Martín de Tours de Gaceo es bien conocida por sus magníficas pinturas murales góticas conservadas en los muros interiores de la cabecera. Su arquitectura tardorrománica es mucho más modesta y sencilla a pesar de que su ábside semicircular está construido con buena sillería.


En este ábside se abre una buena ventana compuesta por tres arquivoltas que descansan sobre varios haces de columnillas.  Se las ve muy reformadas y restauradas pues tanto el guardapolvo, como parte de las arquivoltas y todos los capiteles están exentos de decoración.


Cuando entramos en el interior,  quedamos maravillados por el conjunto de pinturas murales que embellecen los muros y bóvedas de la cabecera. Son ya del siglo XIV,  y en ellas se representa toda una serie de temas bíblicos con el fin  de catequizar.



La bóveda de cascarón del ábside muestra una espectacular representación de la Trinidad dentro de una mandorla lobulada, con el Padre sosteniendo a Cristo crucificado y encima de Él una paloma simbolizando al Espíritu Santo.



La franja inferior del ábside se divide en varias escenas, entre las que podemos distinguir, a la izquierda, un calvario con un Cristo crucificado rodeado por las figuras de María y San Juan Evangelista. También encontramos a Longinos, alanceando el costado del crucificado, mientras Estefatón le acerca a los labios la esponja impregnada en vinagre.



Vemos también la escena de una Psicostasis, con el pesaje de las almas por Arcángel San Miguel, que se muestra luchando contra el demonio por la salvación de las ánimas. Aquéllas que han superado este juicio son recogidas por un ángel que las corona. Al lado de San Miguel, Santa Marina contribuye a esa lucha del bien contra el mal, puesto que se presenta victoriosa sobre un demonio encadenado ubicado bajo sus pies.



Una escena del Juicio Final la encontramos figurada en el muro derecho del presbiterio, donde los condenados aparecen desnudos y son llevados a las grandes fauces  del Leviatán abiertas para recibir a los condenados, mientras que encima, la burbujeante caldera de Pedro Botero hierve las almas de los pecadores que unos demonios arrojan a su interior.



Las bóvedas del presbiterio también acogen pinturas, de tamaño más reducido, donde se representan escenas de la vida de Cristo, como su infancia, su vida adulta, la Pasión y la Resurrección, pero la que destaca sobre todas es una representación de la Última Cena.


Alaitza * Nuestra Señora de la Asunción

La iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Alaitza es un edificio de dos naves. La más antigua data de finales del siglo  XIII y  la otra, paralela a la primera, es todavía posterior. Esta iglesia tuvo relevancia dentro del Camino de Santiago.


Conserva pocos elementos arquitectónicos medievales: dos portadas en arco apuntado con arquivoltas y baquetones, ábside semicircular, canecillos, bóvedas de horno y de cañón con arcos fajones.


 Pero esta iglesia por lo que destaca es por las pinturas de su interior, donde podemos ver escenas que nunca habíamos visto entre las pinturas murales de otras iglesias.  El cascarón del ábside y la bóveda del presbiterio están decorados con una serie de extrañas pinturas de difícil interpretación, que fueron descubiertas en el año 1982. 


Estas pinturas de Alaitza no tienen nada que ver con las que hemos visto muy cerca de aquí, en Gaceo, aunque su datación podemos enmarcarla también en el último tercio del siglo XIV.


Sus pinturas rojizas son menos elaboradas que las de Gaceo, pero más sorprendentes, ya que recrean escenas bélicas que bien pudieran representar algún momento de los numerosos enfrentamientos bélicos que la comarca vivió en el siglo XIV.


Destacan las representaciones de asedio y defensa de un castillo y otras escenas de lucha, en las que los guerreros participantes en ella utilizan arcos, alguno incluso, ballestas,  o se protegen con escudos. Desde las almenas los soldados con ballestas se defienden mientras que otros tocan el cuerno llamando a la guerra. A pie de fortaleza, un conjunto de guerreros a caballo trata de conquistar el castillo.



Otras escenas de lucha se desarrollan por el ábside, esta vez de soldados a pie, al mismo tiempo que vemos otras representaciones, como la de un funeral, conjuntos de mujeres que asisten con ofrendas a diferentes templos, escenas de caza, etc. Otros personajes portan ofrendas, algunos caminan con báculos rematados en cruces y algunos aparecen en posturas obscenas.



Podemos ver también iglesias con campanarios y pórticos con arcos, que recuerdan los de algunas miniaturas altomedievales, entre ramas y diversos animales, reales o fantásticos. Todo un mundo insólito desplegado entre bandas de tallos curvados, motivos geométricos.



Otro elemento interesante de Alaitza es su pila bautismal, de corte medieval.  Su copa es semiesférica y en ella se  conserva todavía parte de la policromía que probablemente esté relacionada con las pinturas del ábside.  En la cuba podemos entrever  una cruz de la Orden de Alcántara.


Añua * Natividad de Nuestra Señora

El templo, que posee una tradición de hito peregrino del antiguo Camino de Santiago Vasco del Interior, presenta planta de una única nave con dos tramos, que cierra una cabecera compuesta de presbiterio y ábside ochavado de cinco lienzos.


 El ábside y el presbiterio son los únicos elementos que aún se conservan del siglo XIII, y son los  elementos más antiguos del edificio; las demás partes arquitectónicas fueron superponiéndose o añadiéndose a la fábrica original en siglos posteriores.  Como a mí lo único que me interesa son los restos románicos, en ellos nos vamos a centrar.


El conjunto del ábside y presbiterio se conforma con una estructura poligonal que en principio tenía ocho lados pero que cuando le añadieron una sacristía tapó uno de los ochavos, por lo que ahora solo podemos ver siete.  Está construido en sillería y su traza ya se presenta con sabor gótico, aunque sus elementos todavía evocan el arte románico.



Por arriba una cornisa de piedra decorada con molduras baquetonadas apoyada en canecillos de sabor románico. Podemos ver entre ellos un mascarón bastante deteriorado, una cabeza humana que parece sacar la lengua, una cabeza cubierta con pieles,  un león con la garra levantada, una cabeza de toro y una cabeza con capucha puntiaguda.




Las calles absidiales se presentan decoradas con arquillos ciegos ligeramente apuntados, de finas molduras de baquetones.  Tres de los lienzos llevan vanos abiertos por ventanales. En la ventana del presbiterio vemos tres mujeres con toca y cogollos de hojas salientes, un par de arpías y una dama con barbuquejo.  En otra ventana sus capiteles se decoran con hojas acorazonadas planas, hojas curvadas vueltas, flores sexapétalas inscritas en círculos y un águila con su presa.




Cuando pasamos al interior podemos ver que la nave se conecta con el presbiterio por medio de un arco toral de estilo ojival que apoya en pilastras con columnas adosadas coronadas por capiteles decorados con motivos vegetales y animales.  



En los muros del ábside todavía podemos ver restos de pinturas medievales que quedaron al descubierto al quitar el retablo de la capilla.La portada de acceso a la iglesia de tres arquivoltas baquetonadas ya es gótica del siglo XV y no tiene ningún interés por su escasa decoración,



En los muros de la nave y del ábside podemos ver una serie de ventanales de gran calidad, con el arco interior muy abocinado y con dos arquivoltas decoradas con motivos vegetales de grande florones, que apoyan en fustes y columnas coronadas por capiteles con ornamentación vegetal y geométrica.



El ábside se cubre con bóveda de seis nervios , con una clave central donde podemos ver la representación del cordero, o "Agnus Dei", y sobre él hacia la nave, una pequeña figura que parece tocar un instrumento.
Los nervios se apoyan en cuatro columnas que llegan hasta el suelo y coronadas por capiteles decorados.

Argandoña   *   Santa Colomba

La iglesia de Santa Columba de Argandoña es un espléndido ejemplo de la arquitectura románica alavesa.  Construida en el siglo XIII, consta de una única nave de tres tramos, cubierta con bóveda de cañón apuntado.  Ya avanzado el siglo XVI se le adosó una sacristía y un pórtico en el muro meridional.



La portada se abre mediante tres arquivoltas  y guardapolvo muy apuntados.  Estas arquivoltas se decoran con moldura de baquetón liso y apoyan sobre una imposta con motivos vegetales de tallos y hojas verticales. 





Todo el conjunto descansa sobre dos pares de columnas ya que la interior y el guardapolvo lo hacen sobre jambas lisas.  Destacan los fustes de las columnas magníficamente decorados con motivos geométricos y de encestado.





Los capiteles del lado izquierdo están decorados con hojas de acanto con volutas den el interior,  un león luchando con una serpiente, mientras que en los del lado derecho  nos muestran, otra vez los motivos de acantos y círculos con cruces entrelazadas.



Por el exterior podemos ver el ábside que se articula en cinco calles o lienzos separados por cuatro semicolumnas adosadas. En la calle central se abre una ventana que quizá sea de las más bellas del románico alavés. 



Se compone de tres arquivoltas de medio punto, de baquetones y escocias, con chambrana con moldura polilobulada. Todo el conjunto descansa sobre una imposta decorada con motivos vegetales de hojas lanceoladas.




Lleva tres  columnas de fuste liso a cada lado coronadas por capiteles donde podemos  ver tallas de gran calidad, como un sacerdote con las manos extendidas y manípulo, tallos vueltos en espiral surmontados por un castillo, y una cabeza de un varón con melena y flequillo, en el lado izquierdo.  


Los capiteles del lado derecho llevan, motivos vegetales y geométricos, como grandes hojas vueltas de las que sale una cabecita, motivos de zigzag, dos triángulos entrecruzados, la cabeza de una dama con toca y barbuquejo y un águila sobre su presa que parece un conejo.

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