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lunes, 19 de febrero de 2018

Soria * Segovia * Zamora

Soria; Claustro de
 San Juan de Duero




Situado entre el río Duero y el Monte de las Ánimas este viejo monasterio que perteneció a  la orden de San Juan de Jerusalén,  es uno de los monumentos más originales que podemos encontrar en el románico peninsular.  Lo que causa verdadera admiración es su extraordinario claustro descubierto con un conjunto de arcos que creo que es único en la arquitectura románica medieval y se supone que sus escultores fueron de origen mudéjar.



Fueron los caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén, quienes, favorecidos por la acción repobladora de Alfonso I, se aposentaron aquí en Soria, para construir una de sus muchas fundaciones para proteger y acoger a los peregrinos.


Estos caballeros serán los artífices del monasterio del que hoy quedan muy pocos restos.  Lo primero que hicieron fue reformar la iglesia, para lo cual levantaron dos pequeños templetes muy originales cerca de la cabecera, en cuyas columnas se sitúan otros tantos capiteles decorados.


El formidable claustro lo componen cuatro arquerías que  cuentan con cuatro tipos diferentes  de arcos, que a pesar de ser tan distintos fueron todos construidos en una misma etapa.  Entre ellos destacan el grupo de arcos entrecruzados en los que apreciamos una clara influencia islámica



Vamos a describir las distintas arquerías que conforman este claustro, comenzando por el noroeste, donde vemos  arcos de traza románica, ya que todos están formados por arcos de medio punto que están apoyados en columnas pareadas cuyos capiteles presentan animales reales o fantásticos, así como una representación de la Epifanía.



Seguimos por el noreste donde podemos ver un grupo de arcos túmidos,  que nos muestran su forma de herradura,  apuntados, que descansan en fustes labrados y tallados en el mismo bloque en el que se aprecian estrías helicoidales y sus capiteles llevan motivos vegetales y entrelazos.  En el ángulo se abre una puerta cuya arquivolta envuelve una franja decorada con zigzag.





En la panda sureste se presentan arcos calados entrecruzados, soportados por pilastras acanaladas cuadradas, sin capitel, ya que los arcos, de herradura también, se entrecruzan en cuatro puntos. Dichas pilastras se apoyan sobre basas decoradas con varias escocias.  También en esta esquina se abre una puerta similar a la anterior, solo cambia la decoración del arco.



Por último en el lado suroeste podemos ver unos arcos calados entrecruzados, sobre columnas pareadas que se coronan con capiteles decorados con motivos vegetales.  Los arcos se presentan con dobles cruces y se sujetan sobre columnas geminadas.  



En el centro de la crujía del sur se ha abierto una puerta con un par de arcos, a modo de pinjante, muy bella y espectacular. Y en la esquina, nos encontramos con la ya habitual puerta de entrada también de arco de herradura doblado y muy apuntado.



Soria
Santo Domingo


La iglesia de Santo Domingo, estuvo en su origen dedicada a Santo Tomé, y la podemos considerar como uno de los más valiosos monumentos del románico castellano. En ella podemos apreciar  las tres diferentes épocas en que fue construida.



En la fachada podemos ver dos órdenes de arcos ciegos superpuestos que enmarcan la portada y sobre ella un bello rosetón. Se compone de dos pisos en los que se abren  arcos geminados a cada lado.



Cruz florenzada colocada sobre el frontón no es la original, pues fue  colocada en las últimas décadas del pasado siglo.  Está compuesta por una sola pieza de piedra hábilmente horadada.


El rosetón está dividido en ocho espacios por otras tantas columnillas con capiteles sobre las que se aprecian arcos semicirculares decorados.  Por el exterior lleva un guardapolvo decorado con puntas de diamante.



Las arquerías  superiores se componen de dos parejas de arcos ciegos geminados con una pilastra en el centro.  También podemos ver arcos de medio punto de grandes dovelas de baquetón que apoyan sobre columnillas con capiteles decorados.


Los arcos de la arquería inferior, están formados por tan sólo tres dovelas. Los capiteles de las columnas nos muestran temas decorativos muy diversos: como grifos, sirenas, y otros animales. 





 También podemos ver  algunas escenas bíblicas como la adoración de los Reyes Magos o dos figuras bastante erosionadas que podrían representar a Adán y Eva.



Es la portada es sin duda alguna, el elemento más valioso de la fachada, esta conformada con  cuatro arquivoltas profusamente decoradas con figuras en forma radial. Los temas decorativos  proceden en su mayor parte de la Biblia y del Apocalipsis.


La arquivolta más interior nos presenta en sus dovelas a los 24 Ancianos del Apocalipsis,  tocando diversos instrumentos musicales.  La dovela que hace de clave representa un ángel con las alas extendidas.

En las dovelas de la segunda arquivolta se representa la Matanza de los Inocentes. Podemos ver soldados con cotas de malla, armados de espadas, que  arrebatan los niños a sus madres y les dan muerte.



En el tímpano destaca el Pantocrátor envuelto en mandorla, sentado en un trono con el Niño en sus rodillas.  Como es habitual está flanqueado por los símbolos de los cuatro evangelistas portados por ángeles. En la parte baja vemos a la Virgen coronada y un personaje que podría ser San José. 


En los capiteles jamba izquierda se representan una serie de escenas del Antiguo Testamento alusivas a los orígenes de la humanidad con la  estancia en el paraíso terrenal, y en los de la jamba derecha se siguen representando escenas bíblica referidas a Adán y Eva.

       
Casillas de Berlanga
Ermita de San Baudelio


La historia de esta ermita de San Baudelio ha pasado por numerosas vicisitudes y a pesar de haber sido declarada Monumento Nacional en 1917 pocos años después concretamente en  1922 la ermita de San Baudelio pertenecía en propiedad a un grupo de 20 vecinos de Casillas de Berlanga.


Estos vecinos haciendo uso de su poder absoluto sobre la ermita pactaron  la venta de las pinturas que hoy se encuentran repartidas por diversos museos americanos y también en el español Museo del Prado, por lo que actualmente solo podemos ver unos pocos restos de aquella colección de pinturas que decoraban todos los muros de esta pequeña ermita.


Este singular edificio fue construido en estilo mozárabe a finales del siglo XI, bajo la advocación de San Baudelio.  Sin duda constituye la joya más original de la arquitectura prerrománica soriana.





Pero la mayor riqueza artística de San Baudelio reside en los frescos que cubrían completamente toda la superficie interior, siendo respetados durante siglos, con gran variedad de estilos, funciones y decoraciones, hasta que los especuladores acabaron con ellos.


Se accede a ella atravesando una entrada con arco de herradura que se eleva respecto a la nave principal.  Según entras lo primero que te encuentras es la famosa “palmera” por la que todos recordamos a San Baudelio:



Se trata de una columna cilíndrica de la que arrancan ocho nervaduras con forma de herradura, a modo de ramas de palmera, que soportan la bóveda. 


En la parte superior de la columna se encuentra una pequeña linterna que, según algunas teorías, pudo utilizarse como relicario para la custodia de textos u objetos sagrados.

San Esteban de Gormaz:
Iglesia de San Miguel

Cuando llegamos a San Esteban de Gormaz vemos en lo alto de una empinada cuesta, la silueta de la vieja iglesia de San Miguel que es la iglesia más antigua del románico soriano, con su galería porticada, que parece que fue la primera construida en toda Castilla.  Data del  año 1081.  Sobre la utilidad de estas galerías porticadas se ha comentado mucho, y no todo responde a la realidad; sin embargo  parece  que servían como lugar de concejo de los vecinos.


San Miguel tiene planta de una sola nave, con ábside semicircular, presbiterio recto, galería abierta en el muro sur y una torre de cronología más tardía. Construida en  mampostería con sillares en las esquinas. Destaca sobremanera su galería porticada, que consta de varios arcos que se apoyan en columnas cuyos capiteles se hallan decorados con motivos exóticos.  Vemos representados varios personajes con turbantes en diferentes escenas. El trabajo realizado por el maestro cantero demuestra una talla ruda pero cautivadora, lo mismo que los canecillos que apoyan la cornisa.


La portada se abre en un cuerpo adelantado del muro sur cobijada por un tejaroz de ajedrezado que se apoya en canecillos donde podemos ver; cuadrúpedos, personajes itifálicos, monos, un músico con una flauta, etc.   Se abre por medio de tres arquivoltas de medio punto más el arco de acceso.  Se decoran con baquetones que apoyan sobre jambas y dos pares de columnas coronadas por sendos capiteles que representan; los de la izquierda, cuadrúpedos y rostros humanos. Y los de la derecha, los mismos cuadrúpedos y entrelazos.


 En el muro del oeste se abre un arco de medio punto que apoya sobre columnas dobles y llevan en sus capiteles; el izquierdo una cabra y un árbol con piñas y el derecho una sirena de doble cola.



En el lado sur de la galería podemos ver siete arcadas que apoyan sobre fustes muy sencillos, coronados por los correspondientes capiteles en los que se representan; castillos con almenas, cabezas de guerrero asomando a las almenas, una serpiente que muerde a un cuadrúpedo, un músico tocando el rabel, , un pavo real, etc.  Hay uno casi irreconocible que podía ser una escena de Daniel con los leones.




La cornisa de esta galería está apoyada en una serie de canecillos, casi todos muy erosionados que apenas dejan ver el motivo de los mismos.  Se intuyen algunos leones, un halcón, músicos, serpientes y caballeros con casco y escudo. Además de estos, quizá el mejor conservado sea el de un monje leyendo un libro abierto en el que aparece una inscripción que parece que es la fecha de la fundación de la iglesia.


San Esteban de Gormaz
Nuestra Señora del Rivero


Esta iglesia de Nuestra Señora del Rivero cuya silueta domina un pequeño altozano sobre el río Duero,  se asemeja algo a su vecina de San Miguel, aunque es de una cronología más tardía. La planta es de nave única, ábside semicircular, y una galería porticada adosada al muro sur. 



El ábside construido en buena sillería, mantiene casi completa su disposición original, con cuatro calles separadas por semicolumnas adosadas.  Desde el exterior solo se puede ver la calle sur.



Una portada abierta en el muro sur se articula por medio de tres arquivoltas de medio punto; la más exterior se decora con una banda de flores de tres pétalos y apoya sobre columnillas, la del centro lleva decoración de doble sogueado y la interior tiene decoración de baquetones y descansa sobre la imposta y la jamba. 


En los capiteles de la izquierda se representa un personaje vestido con un manto, tocado con un gorro, que tañe un instrumento musical de cuerda; en el siguiente vemos un ave rapaz apresando a otras dos aves, y una serpiente enroscada con un ave en el pico.




 La galería aún conserva los originales arcos del lado este y dos arcadas en el lado oriental.  Los arcos son de medio punto y apoyan sobre cimacios decorados con motivos vegetales y estrellas, bajo los cuales vemos capiteles con los siguientes temas;  una sirena de doble cola, un caballero con lanza y un león devorando a otro animal.



Siguen, dos aves con las alas explayadas, Sansón desquijarando al león, un músico y dos soldados, tres aves con las alas explayadas picoteando a sus presas, una serpiente, una liebre y un perro.





La cornisa de la galería apoya en canecillos con aves, leones, máscaras, un obispo con un báculo, un guerrero con escudo, y unos animales devorando a sus presas.


Ermita de San Bartolomé
de Ucero


Tras una pequeña caminata de poco más de dos kilómetros llegamos a la explanada donde se ubica la ermita templaria de San Bartolomé. Emplazada en un paraje sin igual, aislada en la boca del Cañón del Río Lobos, esta bella construcción formaba parte de un cenobio templario, llamado San Juan de Otero, del que en la actualidad sólo se conserva la capilla. Los símbolos arquitectónicos inscritos en sus muros han sido fuente de numerosos debates, atribuyéndoles algunos  un origen esotérico.


La ermita de San Bartolomé de Ucero  es sin duda el templo soriano que ha provocado los mayores elogios no exentos de controversia.  Esta ermita se encuentra al norte de Ucero, siguiendo el camino  paralelo al río Lobos.  Según te vas acercando, impresiona el paraje en el que está situada la ermita que se asienta en una pequeña ladera. 


El edificio está construido en perfecta sillería y presenta una planta de cruz latina de una sola nave, tramo recto y ábside semicircular.  En origen seguramente llevaría una espadaña que ha desaparecido y ha sido sustituida por un campanario moderno de hierro.



El ábside se divide en tres calles por medio de dos pilastras que llegan hasta la cornisa.  En cada una de ellas se abre se abre una sencilla ventana de aspillera abocinada que se cubre con un guardapolvo adornado con puntas de diamante.  La cornisa se decora con una simple nacela y está sostenida por una serie de canecillos con temas variados.



En uno de los muros vemos un extraordinario  rosetón de clara influencia árabe formado  por estrellas invertidas de cinco puntas que dan lugar a un pentágono central y están entrecruzados por cinco corazones que al parecer, presenta muchas similitudes con el símbolo judaico del Sello de Salomón, y que podría estar vinculado con la leyenda del Grial y con la orden de los caballeros Templarios.



Destaca el alto número de canecillos que recorren los muros de la ermita, algunos lisos, aunque en el brazo sur del crucero y en la fachada se decoran con motivos figurativos y geométricos.  Algunas fuentes establecen una relación directa sobre las figuras de los canecillos, con el mundo templario y esotéricos.  Un extraordinario óculo se abre en uno de los muros del sur.




La portada principal es apuntada y está articulada por medio de seis arquivoltas decoradas con baquetones y escocias, alguna adornada al exterior con puntas de diamante y otros motivos geométricos. El guardapolvo que cubre el conjunto está adornado con estilizadas hojas de vid.






Se ubica en la fachada meridional y se cubre con un tejaroz con cornisa de nacela apoyado en una decena de buenos canecillos que presentan formas geométricas, barrilitos, cabezas humanas, cabeza de lobo, un personaje sentado y cuatro cabezas humanas colocadas en forma de cruz, otro representa una cabeza con casco ¿Tal vez un templario? 

En la portada principal, en la piedra superior de la columna de la izquierda que sujeta las arquivoltas, hay grabado un símbolo que algunos han identificado como una salutación a María.  Dos uves opuestas y sobrepuestas que rematan tres de sus cuatro vástagos con cruces. Este símbolo incluye las letras de la salutación de la Anunciación: Ave María.


Entre los nidos de buitres que pueblan estas paredes se abre una gran oquedad en la piedra caliza conocida como Cueva Grande, que alberga en su interior muestras de arte rupestre. Y delante de la ermita una bonita pradera verde, para enmarcar la foto, y unos grandes árboles donde protegernos del sol en verano.

Caltojar
San Miguel Arcángel

Cuando llegamos a  Caltojar nos encontramos con una de las mejores iglesias tardorrománicas no solo de los alrededores de Berlanga de Duero, sino de toda esta zona rural soriana.  La iglesia de San Miguel Arcángel de Caltojar es una obra tardía de muy avanzado el siglo XIII, cuando las formas góticas ya empiezan a fundirse con las románicas.



En  origen, estaba compuesta de tres naves que remataban en ábsides semicirculares, de los que hoy solo queda uno original. Las naves están separadas mediante arcos apuntados y las bóvedas que hoy contemplamos no son las que tuvo la iglesia original que seguramente serían de madera. En el arco triunfal vemos los pocos elementos figurativos que tiene esta iglesia; dos capiteles, de los que uno presenta unos dragones con capucha.


Lo que más destaca por el exterior es su portada románica y el enorme ábside central construido en buena sillería.  La cornisa es soportada por un doble friso de arquillos y canecillos decorados con rollos.


Pero para mí, lo mejor que tiene esta iglesia es su extraordinaria portada meridional por su monumentalidad.  Se abre por medio de cuatro arquivoltas de baquetón de medio punto, y una exterior que nos muestra unos grandes dientes de sierra o zigzag, cubiertas por una chambrana decorada con puntas de diamante. Apoya el conjunto sobre columnas, cimacios y capiteles vegetales.


Entre los elementos más originales que podemos ver en esta portada, sin duda está el tímpano, rebajado por dos arcos inferiores a los que separa un capitel pinjante, al estilo del que vimos en la iglesia zamorana de Santiago del Burgo, aunque no llega a la calidad de aquel.


En el centro podemos ver un bajorrelieve que representa la figura del Arcángel  San Miguel empuñando una lanza.  La talla de este relieve es bastante ruda.


Otra cosa que me impresionó de esta portada es su extraordinaria puerta de madera con herrajes de hierro.

Villasayas
Asunción de Nuestra Señora

En la iglesia de la Asunción de Villasayas, desgraciadamente, es poco lo que se ha salvado de las muchas restauraciones reformas. Solo la portada de acceso  y la galería porticada que se abre en el muro sur. La original cabecera románica fue reemplazada por otra de estilo gótico, mientras que la nave que ahora vemos es del siglo XVII. 


La galería porticada también ha sufrido sus vicisitudes, pues en época desconocida fue cegada y hubo que esperar  a finales del pasado siglo para que se librara de los tabiques que la cerraban.



El pórtico tiene un  total de ocho arcos de medio punto, cuatro a cada lado del arco de entrada que se sitúa en el centro. Apoyan en columnas dobles, pero en los dos extremos encontramos dos figuras bastante deterioradas. 




Los capiteles de estas columnas se decoran la mayoría con motivos vegetales de hojas muy carnosas y de ellos tres tienen decoración figurada; en uno vemos parejas de arpías, otro lleva dragones y el tercero, que está muy erosionado nos muestra lo que parecen ser dos hombres entre leones.




Sobre el arco de ingreso de la portada encontramos un relieve que representa escenas de la Anunciación, donde aparece el arcángel San Gabriel arrodillado ante la Virgen, mientras que a la derecha aparece San José dormitando como es habitual en estas escenas románicas.



También podemos ver dos relieves en las enjutas del arco del pórtico, demasiado deterioradas por lo que difícil su interpretación, aunque podemos adivinar un personaje montado sobre una fiera que podría representar a Sansón.


En el muro se abre una pequeña puerta románica que, aunque modesta, nos muestra tres arquivoltas, la inferior lisa sin decoración; la central se decora con numerosos animales reales y fantásticos y la más exterior presenta un grueso baquetón. Por encima lleva un guardapolvo decorado con carnosas hojas vegetales.



Apoyan estas arquivoltas en dos capiteles figurados que se decoran el uno con arpías y el de enfrente, con dos personajes luchando contra leones.



Segovia
San Esteban

La iglesia de San Esteban fue construida entre finales del siglo XII y principios del XIII. Está formada por tres naves, que han sido muy modificadas a lo largo de los siglos, sobre todo  la cabecera.  Lo que es principalmente la iglesia no tiene muchos elementos románicos pero lo compensa con una buena galería porticada y su esbelta torre campanario.



Esta torre es sin duda el elemento caracteriza al templo y para la mayoría s autores es el campanario más bello de todo el románico de la península, con sus  cincuenta y seis metros de altura.


Se encuentra adosada al muro meridional del templo y su planta cuadrada está dividida en seis cuerpos a los que separan impostas decoradas con motivos vegetales de flores cuatripétalas inscritas en círculos.


El primer cuerpo  es casi  tan alto como la iglesia. Por encima  encontramos dos pisos con dos ventanas ciegas a cada lado. Están decoradas con una arquivolta de ligeramente apuntada y guardapolvo ajedrezado y apoyada en dos columnas con los capiteles decorados con animales fantásticos, aves, leones y algunos de tipo corintio.




En la tercera y cuarta planta podemos ver ventanales dobles en cada lado, son unos extraordinarios arcos de medio punto ligeramente apuntados que se abren por medio de tres arquivoltas cada uno que descansan en columnas coronadas por bellísimos capiteles.




En estos capiteles  destacan los temas de animales fantásticos y los vegetales con grandes hojas de acanto.  Por encima de estos arcos hay un guardapolvo decorado con ajedrezado y en los cimacios volvemos a ver las flores cuatripétalas inscritas en círculos.



 En el último cuerpo se abren tres ventanas de menor tamaño en cada muro. También llevan el arco ligeramente apuntado, pero en este caso con una sola arquivolta de las mismas características y el guardapolvo está sin decorar. Apoyan sobre columnas las exteriores simples y las dos centrales dobles que se coronan también con capiteles en los abundan los temas animalísticos.




La galería porticada es otro de los elementos destacados, también tiene interesantes capiteles decorados que por desgracia debido a la  erosión provocada por el paso de los años nos impiden en algunos casos su identificación. Aun así podemos observar algunas escenas bíblicas como la de la Adoración o un Pantocrátor. Los arcos están decorados con un guardapolvo dónde se ha esculpido un motivo de zigzag. 



La cornisa presenta una buena colección de canecillos decorados que también han sufrido un gran deterioro como en el caso de los capiteles.

Segovia
San Millán

La Iglesia de San Millán es una de las iglesias más antiguas de la ciudad y sin duda la más importante del románico de Segovia. Su fábrica refleja influencia de la arquitectura aragonesa, y su construcción se llevaría a cabo entre la segunda y tercera década del siglo XII.  Su torre es un  resto mozárabe probablemente del siglo X, y que pertenecería a una antigua iglesia de  finales del siglo XI.




La iglesia de San Millán se compone de cabecera con cuatro ábsides, de los que tres corresponden a las naves, y el cuarto, añadido posterior, a la sacristía. En sus muros se abren tres portadas,  y dos galerías porticadas que se añadieron más tarde a la fábrica principal.



El ábside central se divide  en tres calles por medio dos columnas, en cada una de las cuales se abre un ventanal de dos arquivoltas, abocelada una y lisa la otra, sobre par de columnas y jambas.  Un guardapolvo  ajedrezada cubre el conjunto. A la altura de los cimacios nace una imposta corrida de rosetas. Los ábsides laterales son más pequeños  y sólo llevan una  ventana de medio punto sin apoyos de columnas, solo  con una chambrana. 




Estas galerías se componen de arcos de medio punto al que cubre un guardapolvo de billetes y descansan sobre columnas encapiteladas y cimacios vegetales.  Por encima corre una cornisa a la que sujetan una buena colección de canecillos decorados con diversos temas.




En las tallas de estos capiteles todavía se adivinan animales, temas vegetales y escenas bíblicas. Tanto por encima de estas galerías como en los muros podemos ver unas magníficas colecciones de canecillos.


En el interior de San Millán se abren tres naves separadas por pilares y columnas que en su día estuvieron cubiertas por un techo mudéjar del que todavía se conserva algún resto.



 Las columnas y capiteles son de grandes dimensiones. Muestran escenas del Antiguo y Nuevo Testamento, donde podemos ver representaciones de los Reyes Magos y la Huida a Egipto.


 Destaca su altar mayor, presidido por un Crucificado del siglo XIII) tras el que aparece una arquería ciega compuesta por diez arcos de medio punto decorados con gruesos baquetones cubiertos con una chambrana de billetes.


Estos arcos descansan en dobles columnas coronadas por magníficos capiteles decorados con animales afrontados, aves  y algún tema vegetal. Por encima corre una imposta de entrelazo vegetal, que la separa de las ventanas que se abren en el semicírculo absidial.


Segovia
San Justo

La iglesia de los Santos Justo y Pastor fue construida sobre los restos de una ermita dedicada al Cristo de los Gascones entre los siglos XII y XIII y es popularmente conocida como Iglesia de San Justo. Está ubicada muy cerca del Acueducto. Se puede considerar una de la joyas románicas de la ciudad debido a sus importantes pinturas murales además de poseer uno de los  pocos tímpanos esculpidos del románico segoviano


Se trata de una iglesia  de  nave única y cabecera con ábside semicircular precedido de amplio presbiterio.  No destaca precisamente por su exterior aunque cuenta con una torre cuadrada en la que se abren vamos en los dos últimos cuerpos; dos ventanas en cada lado, las del cuerpo inferior cegadas y en las del superior vemos que se abren por medio de dos arquivoltas que descansan sobre columnillas encapiteladas.


En origen tenía dos portadas una de ellas cerrada al exterior y solo se aprecia desde el interior del edificio y la  puerta principal que está formada por tres arcos de medio punto. El más exterior y el más interior están decorados con flores esculpidas, de ocho pétalos la exterior y de cuatro la inferior.  La arquivolta central es un grueso baquetón y está apoyada en dos columnas con los capiteles decorados con animales y motivos vegetales.



Justo delante de la  ventana del ábside podemos ver una talla gótica de Cristo crucificado. Se trata de una escultura de los siglos XIII, o XIV.



Una de sus principales características son sus importantes pinturas murales del siglo XIII ubicadas en el ábside y  presbiterio, donde destacan el Pantocrátor, la Última Cena (incompleta) y varias escenas de la Pasión de Cristo.



Estas pinturas fueron descubiertas gracias a una restauración realizada en los años sesenta del pasado siglo, cuando se procedió a la restauración del ábside. En el centro de la cabecera podemos ver una ventana de medio punto rodeada de las escenas del Descendimiento de la Cruz y la Crucifixión.



En el muro del evangelio podemos contemplar una pequeña puerta de medio punto que comunicaba el templo con la torre. Tiene un extraordinario  tímpano esculpido con restos de policromía. En él  se relata el descubrimiento del Santo Sepulcro por Santa Elena. Los personajes que aparecen el tímpano son, un obispo con su báculo, dos personajes femeninos, Santa Elena, un altar y un personaje con incensario. El conjunto se rodea con una arquivolta dovelada, decorada con entrelazos geométricos y por encima la cubre un guardapolvo de ajedrezado.


En ese mismo lado podemos ver una urna que contiene la talla del Cristo de los Gascones. Cuenta la tradición que fue trasladada sobre el año 1100 a lomos de una yegua desde la Gascuña francesa y que al llegar a Segovia la yegua murió, por lo que interpretaron que en ese lugar debería quedarse la talla.

Segovia
San Martín

La iglesia  de San Martín está ubicada  en pleno centro de la ciudad segoviana. El edificio tiene un  origen prerrománico, y prácticamente la totalidad de la iglesia, exceptuando los ábsides, está rodeada de galerías. La del lado occidental salva un fuerte desnivel mediante un pórtico a diferentes alturas.



San Martín presenta  un edificio de tres naves con tres tramos cada uno, transepto y, cimborrio sobre el crucero y tres  ábsides semicirculares, de los que el central no es el original.

De los absidiolos laterales, se ve muy restaurado el de la Epístola, el juego de dos cuerpos superpuestos lleva una arquería ciega en el inferior. El del Evangelio está en bastante mal estado.



También podemos ver una enorme torre de ladrillo, que también pertenece a la época románica aunque fue reformada en el siglo XIV, que nos recuerda a la de San Tirso de Sahagún.  Consta de tres cuerpos de los que dos inferiores poseen  dobles vanos de medio punto en cada lado. Mientras que el cuerpo superior, está cubierto con un chapitel barroco muy  posterior.



Destaca la  escultura  del programa  artístico del conjunto. Sobre todo, las figuras de la galería norte, donde podemos ver un conjunto de capiteles que  representan escenas del Antiguo y del Nuevo Testamento, junto con otros con  guerreros combatiendo contra  animales monstruosos y varios temas vegetales. 


También narran algunas de las escenas bíblicas como;  La Última Cena, la matanza de los Inocentes,  la Anunciación, un Pantocrátor o Cristo en majestad, rodeado de cuatro ángeles, Presentación de Jesús en el Templo,  la Virgen y San José camino de Belén, el beso de Judas, etc. Por desgracia el mal estado de deterioro no nos permite descifrar otros con claridad.





La portada abierta en el hastial occidental que forma la gran entrada del pórtico se compone de un arco de medio punto con cuatro arquivoltas aboceladas decoradas con entrelazos geométricos y motivos vegetales.  Las cubre una chambrana con aspas dentro de círculos inscritos.  La segunda y la cuarta estas arquivoltas apoyan en dos pares columnas estatua a cada lado, rematadas por capiteles.



Los personajes que se representan en estas columnas podrían tratarse  de apóstoles o personajes del Antiguo Testamento, y destacan por sus cuerpos esbeltos y un rico tratamiento de las vestimentas.



En la misma plaza en la que se ubica la Iglesia hay tres elementos escultóricos que llaman mucho la atención. El primero es el monumento a Juan Bravo, que da nombre a la calle y a la plaza. Este señor era un noble que comandaba las milicias de Segovia cuando éstas se alzaron en mayo de 1520 durante el levantamiento de los comuneros. 

Zamora
Santa María Magdalena



La iglesia de Santa María Magdalena es una construcción de los siglos XII y XIII y en ella se ve claramente dos estilos constructivos.  En el primero vemos una influencia claramente románica mientras que en el segundo periodo abundan los elementos góticos.   En el siglo XIX perteneció a la Orden de San Juan de Jerusalén hasta el año 1874.



El edificio es de planta basilical, de una sola nave, con presbiterio recto que precede a un esbelto ábside semicircular y vemos una torre que parece que no fue acabada porque está desmochada en el extremo del hastial norte y que está rematada con una sencilla espadaña.



En el centro muro sur se abre la extraordinaria portada principal, con profundo abocinamiento, enmarcada por dos contrafuertes.  Nos muestra un arco ligeramente apuntado y está compuesta por cinco arquivoltas que apoyan en cimacios decorados con motivos vegetales.






La arquivolta más interior es polilobulada,  que nos recuerdan el estilo  mozárabe. Las demás están en muy recargadas con motivos vegetales, entrelazos y palmetas, que se adaptan al cuadrado de cada dovela. En la segunda arquivolta vemos alguna de las pocas representaciones figuradas de toda la portada, vemos una dovela una cabeza humana  muy sonriente y en otra muy cercana se representa a un Obispo con su báculo.





En la clave de la arquivolta exterior vemos  una cabeza de felino, de cuyas fauces salen dos tallos trenzados. Por encima corre un guardapolvo decorado con pequeñas cabecitas humanas.  Las columnas acodilladas que soportan las arquivoltas descansan  sobre  podios, menos la interior que lo hace sobre simples jambas.




Los capiteles del lado izquierdo presentan la siguiente ornamentación; el primero que se sitúa sobre la jamba nos presenta dos monstruos alados cuya cola termina con una cabeza con las fauces abiertas;  En el segundo se representa a dos arpías con capirote y en el centro del capitel la cabeza de un felino; el tercero también representa a un par de arpías de cola alargada; el cuarto se decora con motivos vegetales y en el quinto vemos dos animales fantásticos con una piña en el centro del capitel.




En el lado derecho, con quizá una representación menos ostentosa, vemos; dos parejas de monstruos alados con patas y colas entrelazados en el primero; dos arpías enfrentadas, en el segundo; el tercero es vegetal de hojas de acanto;  vuelve la representación de las arpías en el cuarto y en el quinto y último vemos un tema vegetal de  hojas muy carnosas.


Por encima de la portada podemos ver un rosetón con un guardapolvo decorado por el exterior con puntas de diamante, taladrado por cuatro círculos en forma de cruz decorado con puntas de diamante.




Colegiata de Santa María la Mayor de Toro


La Colegiata de Santa María la Mayor de Toro, en Zamora, es  una construcción románica de finales  del siglo XII. En sus orígenes debió de formar parte de un monasterio, pasando tres siglos después a erigirse en colegiata de canónigos regulares.  El inicio de la construcción del edificio actual debió ser  a mediados del segundo tercio del siglo XII, pero no se terminó la obra hasta 1240. 



En un periodo tan dilatado de tiempo tuvo que haber al menos dos maestros y otros tantos talleres, pues se ve claramente por los colores de la piedra utilizada.  El primer taller se deberían; la cabecera, la parte inferior de los muros y la portada abierta en el muro norte y al segundo taller se deberían el resto de los muros y la nave central.



Encabezando cada una de las naves podemos ver un ábside semicircular siendo como es costumbre en el románico, el central de mucha mayor altura y anchura que los laterales.  Estos se dividen horizontalmente en dos cuerpos.  El central se articula por medio de cuatro columnas que lo dividen en tres calles verticales en las que vemos tres arquerías ciegas en cada una de las calles.



La colegiata tiene varias ventanas de gran calidad, especialmente dos del costado norte muy decoradas. A su vez hay que citar sus numerosos rosetones, nada menos que seis: hastiales occidental y de los dos extremos del transepto, presbiterio y otros dos en la nave lateral, donde se prefirieron estos óculos circulares que ventanas convencionales como sucede en la nave norte.




La puerta abierta en el muro norte es ejemplar. Sobre unos elevados podios se levantan en grupos de tres las columnas que soportan las arquivoltas sobre capiteles decorados  con finos motivos vegetales y animalísticos. El arco interior de medio punto presenta decoración lobulada y una magnífica decoración con angelitos entre los lóbulos.





 El resto de las arquivoltas se decoran de la siguiente manera; la exterior mediante una serie de figuras radiales; se representa a  Cristo en Majestad junto a la Virgen y otra figura que podría ser San Juan Evangelista. Alrededor se muestran los 24 ancianos de la Apocalipsis con instrumentos musicales en sus manos; salterios, arpas, una de ellas doble, cítolas, fídulas, etc.  




En la segunda arquivolta aparecen motivos vegetales, que semejan cogollos de alcachofas o similar.  En la siguiente volvemos a ver a Cristo bendiciendo, pero esta vez está en pie, no como es habitual sedente en Majestad, a su lado vemos catorce ángeles con incensarios.  Los capiteles presentan una muy elabortada ornamentación vegetal y alguno figurado, en el que aparecen una par de centauros alanceados por caballeros.



Interiormente el cimborrio se dispone sobre los cuatro arcos torales del crucero, descansando en un sistema de pechinas que soportan una elevada linterna de planta hexadecagonal.  Esta linterna la forman dos alturas de  ventanales, en cada uno de los cuales se disponen dieciséis ventanas de medio punto. Por el exterior, cuatro torrecillas que corresponden en proyección horizontal con los cuatro pilares del crucero, actuando como contrafuertes; se cubre con faldones de teja curva.


Zamora
Catedral de El Salvador

La Catedral de El Salvador de Zamora, conserva todavía notables elementos pertenecientes a la fábrica románica.  Se erigió a partir de 1150, durante el reinado de Alfonso VII, siendo consagrada en 1174.  Posteriormente a principios delo siglo XIII se completaron las fachadas, se construyó el cimborrio y se levantó la torre. El edificio actual consta de tres naves que en origen tuvieron ábsides semicirculares, que desaparecieron a finales del siglo XV. 



De las tres portadas que  proporcionaban acceso al templo, la occidental se eliminó para construir una capilla mientras que la del norte se perdió en el incendio de 1591. Por lo la que la única portada que sobrevive es la del sur, denominada Portada del Obispo.




Esta monumental portada se integra como un elemento más de la fachada en su parte central.  Está compuesta por cuatro arquivoltas decoradas con lóbulos cerrados.  


La arquivolta interior descansa sobre simple jambas y las tres restante lo hacen sobre columnas acodilladas.  Cubre el conjunto un guardapolvo con perfil de baquetón y escocia



Tanto las columnas como las pilastras que forman las jambas poseen capiteles de tipo corintio cuyas cestas se adornan con hojas carnosas. Los cimacios se unen para formar una imposta moldurada de igual perfil que el de la chambrana. La composición de los capiteles es prácticamente idéntica a ambos lados de la puerta.


Las dos gruesas columnas que enmarcan la portada,  apoyan sobre plintos de estrías verticales, y todo ello sobre un elevado podio. Delimitan también los cinco arcos doblados ciegos de medio punto colocados encima de la portada. Estos arcos se apoyan en columnillas coronadas por capiteles vegetales.


Lo que realmente caracteriza a la catedral de El Salvador zamorana es su cimborrio, que debió construirse a finales del siglo XII.  Está formado por un tambor cilíndrico abierto por dieciséis ventanas.  Todo el conjunto descansa sobre cuatro pechinas compuestas por cuatro grandes pilares.



La torre construida a principios del siglo XIII se alza a los pies de la nave izquierda y presenta una planta cuadrada dividida en cinco cuerpos de los que los inferiores son macizos sin ventanas. En el tercero se abre un arco de medio punto para albergar campanas, en el siguiente dos huecos y en el último, tres.      


Zamora
San Juan de Puerta Nueva

La iglesia  de San Juan de Puerta Nueva,  está dedicada a San Juan Bautista por cuya denominación también se la conoce. No hay ningún documento que nos indique la fecha de su construcción pero sí se sabe que estaba ya levantada en el año 1172, por lo que se supone que su origen se remontaría a mediados del siglo XII.




La cabecera es de triple ábside rectangular, de los que el central es mucho más ancho y alto que los laterales,  y muy  resaltado  por alzarse la enorme torre cuadrada sobre él.


El ábside derecho es el único que mantiene su traza primitiva, donde se abre una ventana aspillerada abocinada con arco de medio punto decorado con baquetones y medias cañas y cubierta por un guardapolvo de perfil de nacela.  Los capiteles y cimacios se decoran con motivos vegetales de hojas de acanto. .



La fachada meridional es la que presenta más carácter románico original y en ella se abre la portada principal enmarcada por columnas que suben hasta la cornisa, donde rematan con capiteles muy erosionados.


Esta portada es de arco de medio punto mediante  tres arquivoltas, de las que las dos exteriores están decoradas tanto en el frente como en el intradós con grandes florones de ocho pétalos.  La arquivolta interior solo está decorada en la cara frontal con motivos vegetales.  Cubre el conjunto un guardapolvo liso moldurado.


Sobre la portada podemos ver un rosetón parecido al que vemos en otros templos de Zamora. Un círculo central encierra una cruz patada, mientras que en su trasdós  se apoyan ocho columnillas de pequeño  fuste y capiteles decorados  con motivos vegetales.


Una segunda portada, que en la actualidad está cegada, se abría en el tramo intermedio. Es más sencilla que la principal, estando formada por un arco de medio punto con dos arquivoltas  y guardapolvo, con molduras lisas a base de baquetones  y medias cañas, que descansan sobre dos columnillas con capiteles lisos muy sencillos.


En la fachada occidental  el enorme ventanal que ocupa gran parte del testero y el arco apuntado  sobre la portada son góticos y el resto de elementos todavía más modernos, barrocos del siglo XVIII. 




Zamora
Santiago del Burgo

La iglesia de Santiago del Burgo es una construcción de mediados del siglo XII, aunque desconocemos la fecha exacta.  Los primeros documentos que hablan de esta iglesia fue una escritura de donación en el año 1181.



Se estructura en una planta basilical de tres naves que se rematan en otros tantos ábsides de plata rectangular. Y testero plano. La cubierta es abovedada que descansa en seis pilares centrales.  Tenía tres puertas de acceso pero en la actualidad solo existen dos, pues la que se abría en la fachada occidental está cegada



La cabecera la forman tres ábsides de testero plano, de los que central y más ancho y alto que los laterales. Carecen de cornisa y solo lleva una imposta que corre por la base de las ventanas.  En los testeros se abren cinco ventanas, las de los laterales más sencillas, pues son de simple arco dovelado que descansa en columnillas con capiteles.



Más interesante es la que vemos en el central, que se abre con tres arquivoltas de medio punto decoradas con boceles y cubiertas por un guardapolvo que descansan sobre largas columnillas con cimacios y capiteles de hojas vegetales muy carnosas. 




Dispone de torre de planta cuadrada situada en la esquina sur-occidental, lisa hasta que se alcanzan los vanos campaneros.  En cada lado de la torre se abren dos huecos para las campanas.  Una imposta de bocel liso separa los dos últimos cuerpos de esta torre.



 La fachada del muro sur se divide en cuatro tramos separados por enormes contrafuertes, donde se abren su portada principal y tres ventanas de medio punto doveladas que descansan sobre cimacios, columnas y capiteles..  



La portada se abre con una serie de arquivoltas de medio punto ligeramente peraltado sobre la que va el guardapolvo de nacela decorada con arquitos formados por aros.  Apean en columnas coronadas por capiteles con decoración vegetal de hojas y volutas.


Lo que más llama la atención de esta portada es el tímpano sin decorar y los dos arquillos que descansan en el centro sobre un capitel pinjante, muy parecido y con mejor técnica que el que vimos recientemente en la iglesia de San Miguel de Caltójar en Soria.



Por encima de la portada vemos un rosetón de pequeñas dimensiones con un ojo circular en el centro y otros seis hexagonales que le rodean.  Todos los vanos llevan en su contorno una escocia en la que se colocan pequeñas bolas.



En la fachada  del muro norte se abre otra buena portada de arco de medio punto con cuatro arquivoltas, cubierta por un guardapolvo a base de nacelas, listeles y boceles.  Las dos arquivoltas centrales apoyan en columnas acodilladas y las exteriores directamente en jambas.  Los capiteles llevan una decoración vegetal muy simple.



Todavía en la fachada occidental podemos ver otra portada que actualmente está cegada.  Consta de un arco de medio punto de tres arquivoltas.  Se compone cada una de ellas de una sucesión de rollos macizos tangentes y tiene gran parecido con la decoración que vimos en la  Puerta del Obispo de la catedral. 




Zamora
Santa María de la Horta

La Iglesia de Santa María de la Horta perteneció a los Caballeros Hospitalarios de la Orden de San Juan de Jerusalén y más tarde a las monjas de esa misma Orden. De este antiguo convento sólo se conserva la fachada, rehecha en el Siglo XVI. Fue sede parroquial en los denominados Barrios Bajos, en el margen derecho del Duero, antes conocido como "La Puebla del Valle".



El inicio de  su construcción data sobre el año 1163 y en sus muros combina los elementos del románico hasta los finales del gótico donde abunda la variada decoración en sus elementos arquitectónicos. Destaca sobre todo el ábside y sus portadas. Tanto la nave como el ábside de la iglesia se levantaron en el  siglo XII, mientras que la torre  se construyó en el XIII.



El ábside semicircular, se divide en cinco calles por medio de cuatro gruesas columnas.  Las calles de los extremos no llevan ventanas y en las otras tres podemos ver sendas ventanas aspilleradas, bajo las que corre una imposta de doble caveto con bocel intermedio.


Estas ventanas absidiales son de alta y estrecha abertura, en aspillera, con marcado derrame, no solo en el lateral,  sino también en el arco, que está formado por un grueso bocel.


La portada meridional exterior no da acceso directo a la nave sino a un pórtico.  También podemos ver otra portada más antigua,  que está compuesta por un arco de medio punto que se abre con  cuatro arquivoltas decoradas con   baquetones y escocias, a las que cubre un guardapolvo. La arquivolta interior descansa sobre las jambas y las otras tres sobre columnas acodilladas.


La torre es el elemento más significativo de la fachada oeste y se levantó a principios del siglo XIII, una vez concluida la nave que contaba con una de las portadas en este hastial occidental. 



Zamora  *  San Cipriano

La actual iglesia de San Cipriano de Zamora es el resultado de una serie de reformas arquitectónicas llevadas a cabo desde su construcción a finales del siglo XI  hasta la última restauración del siglo XX.  Por lo tanto lo que queda de románico sería su cabecera de tres ábsides planos, parte de la nave, la portada del sur y la torre.



Lo que hoy podemos ver de la iglesia, es que consta de una sola nave, muy ancha, lo que se deberá a que en principio era de tres naves que se corresponderían con los tres ábsides.  Estos ábsides son de testero plano como en la mayoría de los templos zamoranos, siendo el central de mayor altura y anchura que los laterales.


Como hemos dicho, la cabecera es la parte más antigua de la iglesia y correspondería  a la primera fase de construcción de finales del siglo XI. Su perfecto estado de conservación nos hace presumir que está bastante restaurada y creo que el ábside lateral del norte es el que ha sufrido menos cambios.


En los testeros solo destacan sus ventanas de aspillera y en el del muro meridional se abre una ventana de arco de medio punto con dos arquivoltas y guardapolvo. La arquivolta interior apoya sobre sendas columnas coronadas por capiteles que no son los originales.  En el tímpano podemos ver un relieve que muestra varios personajes y está en bastante mal estado; uno de ellos lleva una cruz.


La ventana del ábside central está muy deteriorada y ha perdido parte de sus componentes, como las columnas completas y algunos trozos de su guardapolvo. Por encima del vano de la misma vemos otro relieve con tres personajes tallados en él y una inscripción.



De las tres ventanas absidiales la que mejor se conserva, con casi todos sus elementos originales, está formada por un guardapolvo con decoración ajedrezada y las arquivoltas apoyan sobre fustes ornamentados sobre los que vemos buenos capiteles decorados con motivos vegetales.  

En el tímpano, al igual que en las otras ventanas se ha colocado un relieve en el que podemos ver varias figuras que podrían representar la Resurrección de Cristo, en el que aparece éste junto a un personaje con la mano en el mentón y otro que junta las manos sobre el pecho.


En el muro sur de la nave se reubicó la portada cuya disposición primitiva se desconoce. Esta portada permanece cegada toda vez que la que permite el acceso al templo se encuentra en el muro occidental. La portada románica está formada por arco ligeramente apuntado con tres  arquivoltas  cubiertas por una chambrana que apoyan sobre jambas.  Todo este conjunto carece de decoración.




Sin embrago en las enjutas de esta portada, podemos ver incrustadas algunas piedras talladas en relieve que obviamente no pertenecen a la construcción original y seguramente se han trasladado de otro lugar.  En uno figura la representación de Daniel entre leones  y el otro la figura de una hidra con siete cabezas, una inscripción indescifrable, un herrero con el yunque y al apóstol San Pedro con las llaves.


La torre es otro de los elementos que aún quedan del primitivo templo románico de San Cipriano.  Está adosada al muro sur y en el cuerpo superior se abren ocho vanos, dos a cada lado, con troneras de arco apuntado, que apoyan sobre cimacios sin decorar.  El remate de la torre ya es muy posterior ya que vemos bolas herrerianas en las cuatro esquinas y termina en un simple chapitel.



Monasterio de Moreruela

Parece que los orígenes de este monasterio son un tanto confusos, pues en Moreruela de Suso también hubo otro anterior con la advocación  a Santiago, que se ubicaba en la otra margen del río Esla, fundado por San Froilán y San Atilano.  Por diferentes causas este monasterio fue trasladado a Moreruela de Frades, donde hoy podemos contemplar las ruinas de este magnífico monasterio actual. 


  La fundación de éste, tuvo lugar en el año 1143.  Tiene una situación privilegiada, cerca de la Vía romana de la Plata,  al lado del río Esla, en la finca ganadera de la Guadaña, en Granja de Moreruela. 


A finales del siglo XI un abad  benedictino llamado Roberto decidió fundar una orden al margen de la cluniacense que ya estaba en plena decadencia.   Así, surgió la Orden del Cister que pretendía llevar una vida más austera, huyendo de la suntuosidad, que pretendía dedicarse por igual al estudio, al trabajo y la oración. Estas nuevas reglas y forma de vida calaron muy pronto en todos los sitios, y en España fue San Bernardo de Claraval el que más influyó en la propagación de esa orden.



A mediados del siglo XII, en 1131, en una de las repoblaciones monásticas llevadas a cabo en España, se inicia la construcción de este monasterio por mediación Ponce de Cabrera que por mandato de Alfonso VII dona la villa abandonada de Moreruela de Frades a una comunidad de monjes cluniacenses, para que se asentaran en el lugar.


Pronto estos monjes se vieron atraídos por las ideas renovadoras de San Bernardo de Claraval, por lo que cambiaron los hábitos negros cluniacenses por los blancos cistercienses,  e iniciaron el gran desarrollo económico y administrativo de un  importante dominio territorial.


 Este monumental edificio cumple al pie de la letra con las normas de austeridad dictadas por San Bernardo, aunque en su iglesia todavía quedan las reminiscencias del modelo cluniacense, muy extendido en todos los monasterios del Císter.  La iglesia y el claustro datan del siglo XII.



Desde el siglo XVIII los antiguos peregrinos que hacían el Camino de Santiago por la Vía de la Plata  encontraban alivio y descanso, en la Fuente del Peregrino.  Muy cerca de aquí  se levantó la Hospedería del monasterio, que parece que debió de contar con un hospital de peregrinos.   



Junto a la Hospedería se levantó un claustro con acceso por varias puertas.  En una de ellas, la del norte  aún podemos ver restos de las conchas que nos traen recuerdos del Camino de Santiago.



La sala capitular y la iglesia eran los lugares en los que se desarrollaban las distintas actividades de los monjes de este monasterio.  A esta iglesia debían acudir los monjes siete veces al día.  Su estilo ya es románico tardío, con planta de tres naves, crucero y una grandiosa cabecera. Destaca la capilla mayor compuesta de ábside semicircular y girola, en la cual se abren siete absidiolos.



En este mismo siglo XII se llevó a cabo una reforma y se dispusieron bóvedas ojivales y varios capiteles decorados con motivos vegetales como correspondería al estilo del Císter.  Desde el exterior tenemos una magnífica vista de esta cabecera en la que llama la atención una gran variedad de pequeños símbolos y marcas de cantero talladas en los sillares.



Benavente  *  San Juan del Mercado

La iglesia de San Juan de Mercado responde al estilo románico del  siglo XII aunque su cubierta no se realizó con bóvedas, motivo por lo que actualmente cuenta con techo de madera y tejado a dos aguas.  Su planta es de tipo basilical de tres tramos con ábsides semicirculares.  La nave central es doble de ancha que las laterales.


 De sus tres portadas la más interesante es la que se abre  en el muro sur,  por su amplio desarrollo iconográfico. Muestra arco de medio punto ligeramente apuntado apoyado en jambas lisas y tres arquivoltas abocinadas sobre otras tantas parejas de columnas con capiteles decorados.




Destacan estas columnas por su extraordinaria decoración con unas tallas que nos hacen recordar las de la Puerta Speciosa de la iglesia alavesa de Estíbaliz y por las seis esculturas adheridas a las mismas, que representan a diversos profetas, como Moisés, David y San Juan Bautista.


En el tímpano se representa una Epifanía, con la Adoración de los Reyes Magos, situando en el centro a la Virgen con el Niño en brazos, a la izquierda los reyes en actitud de ofrenda y, por último, a la derecha a San José dormitando apoyado sobre un bastón.



En el resto de la portada aparecen escenas relacionadas con el nacimiento de Jesucristo. En el centro de la primera arquivolta aparece la Estrella de Belén, también puede reconocerse a los Magos con Herodes, ante quien hace guardia un soldado con la espada en alto. A la derecha de la estrella se ven los pastores durmiendo y junto a ellos varios ángeles con incensarios.



La acceso al templo se efectúa por la portada occidental compuesta por un arco de medio punto y tres arquivoltas abocinadas, decoradas con baquetones y escocias, todas lisas menos la más interior que se decora con roleos.  El arco de ingreso es el que más decoración lleva, pues sus doce dovelas están decoradas con motivos vegetales, geométricos y animales y apoyan en tres columnas a cada laso coronadas por buenos capiteles vegetales, a excepción de uno figurado, que representa la despedida del caballero de su dama.


Benavente  *  Santa María del Azogue

El origen del edificio se atribuye a la época de repoblación de la ciudad por Fernando II, hacia 1180, pero podemos observar diferentes etapas de construcción. Se trata de una iglesia románica con cinco bellos ábsides y tres portadas.



En una primera fase en el siglo XII se levantan los cinco ábsides, parte de la iglesia y las dos portadas románicas que se abren en el crucero. Pocos años después se paralizan las obras por la muerte de Fernando II en 1188.  No se reanudan las obras hasta finales del siglo XIII, y se hace con otra piedra de diferente tono. Debido a un problema de cimentación en 1735 se derrumbó la portada occidental, o la “de los Apóstoles”.



En los motivos de la decoración y en la distribución de los ábsides y pilares se observa una clara influencia del estilo cisterciense, y concretamente del monasterio de Moreruela, situado muy cerca de aquí, en la localidad de Granja de Moreruela.





En las fachadas de la iglesia se abren tres portadas. La  situada en el muro meridional, que tiene en el tímpano el tema del “Agnus Dei” o Cordero Místico, rodeado de ángeles incensando.  Esta portada se abre mediante tres arquivoltas de medio punto que cobijan un tímpano y se sostienen por tres parejas de columnas decoradas con capiteles de palmetas.


La arquivolta exterior está formada por arquillos de medio punto. La intermedia está decorada con flores de cuatro pétalos y en la más  interior podemos ver diversas representaciones figurativas, como la de Eva, que aparece sentada  bajo el árbol  del que pende la manzana prohibida, mientras la serpiente se acerca al oído para tentarle.




A continuación, un león alado,  un ángel de pie con un libro abierto en sus manos,  un águila de alas explayadas; y un toro alado. Estas últimas figuras sin duda representan los símbolos de los cuatro evangelistas. El tímpano representa a Cristo como cordero, la figura del Buen Dios rodeado por cuatro ángeles incensarios, dos en pie y dos en vuelo.



La puerta que se abre en el muro norte no tiene desarrollo iconográfico pero podemos ver una excelente muestra de decoración vegetal. Está compuesta por  cuatro arquivoltas de medio punto muy decoradas con pinzas, florones, arquillos sobre baquetón y zigzagueados con bolas formado rombos. La chambrana también tiene decoración vegetal.



Apoya todo el conjunto en tres pares de columnas coronadas por capiteles vegetales a excepción de uno que lleva esculpida una arpía.