Soria;
Claustro de
San
Juan de Duero
Fueron los caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén, quienes,
favorecidos por la acción repobladora de Alfonso I, se aposentaron aquí en Soria,
para construir una de sus muchas fundaciones para proteger y acoger a los
peregrinos.
Estos caballeros serán los artífices del monasterio del que hoy
quedan muy pocos restos. Lo primero que
hicieron fue reformar la iglesia, para lo cual levantaron dos pequeños templetes
muy originales cerca de la cabecera, en cuyas columnas se sitúan otros tantos
capiteles decorados.
El formidable claustro lo componen cuatro arquerías que cuentan con cuatro tipos diferentes de arcos, que a pesar de ser tan distintos fueron
todos construidos en una misma etapa.
Entre ellos destacan el grupo de arcos entrecruzados en los que
apreciamos una clara influencia islámica
Vamos a describir las distintas arquerías que conforman este
claustro, comenzando por el noroeste, donde vemos arcos de traza románica, ya que todos están
formados por arcos de medio punto que están apoyados en columnas pareadas cuyos
capiteles presentan animales reales o fantásticos, así como una representación
de la Epifanía.
Seguimos por el noreste donde podemos ver un grupo de arcos túmidos,
que nos muestran su forma de herradura, apuntados, que descansan en fustes labrados y
tallados en el mismo bloque en el que se aprecian estrías helicoidales y sus
capiteles llevan motivos vegetales y entrelazos. En el ángulo se abre una puerta cuya
arquivolta envuelve una franja decorada con zigzag.
En la panda sureste se presentan arcos calados entrecruzados,
soportados por pilastras acanaladas cuadradas, sin capitel, ya que los arcos, de
herradura también, se entrecruzan en cuatro puntos. Dichas pilastras se apoyan
sobre basas decoradas con varias escocias.
También en esta esquina se abre una puerta similar a la anterior, solo
cambia la decoración del arco.
Por último en el lado suroeste podemos ver unos arcos calados entrecruzados, sobre columnas pareadas que se coronan con capiteles decorados con motivos vegetales. Los arcos se presentan con dobles cruces y se sujetan sobre columnas geminadas.
En el centro de la crujía del sur se ha abierto una puerta con un par de arcos, a modo de pinjante, muy bella y espectacular. Y en la esquina, nos encontramos con la ya habitual puerta de entrada también de arco de herradura doblado y muy apuntado.
Soria
Santo
Domingo
La iglesia de Santo Domingo, estuvo en su origen dedicada a Santo
Tomé, y la podemos considerar como uno de los más valiosos monumentos del románico
castellano. En ella podemos apreciar las
tres diferentes épocas en que fue construida.
En la fachada podemos ver dos órdenes de arcos ciegos superpuestos
que enmarcan la portada y sobre ella un bello rosetón. Se compone de dos pisos en
los que se abren arcos geminados a cada
lado.
Cruz florenzada
colocada sobre el frontón no es la original, pues fue colocada en
las últimas décadas del pasado siglo. Está compuesta por una sola pieza
de piedra hábilmente horadada.
El rosetón está dividido en ocho espacios por otras tantas
columnillas con capiteles sobre las que se aprecian arcos semicirculares
decorados. Por el exterior lleva un
guardapolvo decorado con puntas de diamante.
Las arquerías superiores se
componen de dos parejas de arcos ciegos geminados con una pilastra en el
centro. También podemos ver arcos de
medio punto de grandes dovelas de baquetón que apoyan sobre columnillas con capiteles
decorados.
También podemos ver algunas escenas bíblicas como la adoración de los Reyes Magos o dos figuras bastante erosionadas que podrían representar a Adán y Eva.
Es la portada es sin duda alguna, el elemento más valioso de la
fachada, esta conformada con cuatro
arquivoltas profusamente decoradas con figuras en forma radial. Los temas decorativos
proceden en su mayor parte de la Biblia
y del Apocalipsis.
En el tímpano destaca el Pantocrátor envuelto en mandorla, sentado en un trono con el Niño en sus rodillas. Como es habitual está flanqueado por los símbolos de los cuatro evangelistas portados por ángeles. En la parte baja vemos a la Virgen coronada y un personaje que podría ser San José.
La arquivolta más interior nos presenta en sus dovelas a los 24 Ancianos del Apocalipsis, tocando diversos instrumentos musicales. La dovela que hace de clave representa un ángel con las alas extendidas.
En las dovelas de la segunda arquivolta se representa la Matanza de los Inocentes. Podemos ver soldados con cotas de malla, armados de espadas, que arrebatan los niños a sus madres y les dan muerte.
En el tímpano destaca el Pantocrátor envuelto en mandorla, sentado en un trono con el Niño en sus rodillas. Como es habitual está flanqueado por los símbolos de los cuatro evangelistas portados por ángeles. En la parte baja vemos a la Virgen coronada y un personaje que podría ser San José.
En los capiteles jamba izquierda se representan una serie de
escenas del Antiguo Testamento alusivas a los orígenes de la humanidad con la estancia en el paraíso terrenal, y en los de
la jamba derecha se siguen representando escenas bíblica referidas a Adán y
Eva.
Casillas de Berlanga
Ermita de San Baudelio
La historia de esta ermita de San Baudelio ha pasado por numerosas
vicisitudes y a pesar de haber sido declarada Monumento Nacional en 1917 pocos
años después concretamente en 1922 la
ermita de San Baudelio pertenecía en propiedad a un grupo de 20 vecinos de
Casillas de Berlanga.
Estos vecinos haciendo uso de su poder absoluto sobre la ermita
pactaron la venta de las pinturas que
hoy se encuentran repartidas por diversos museos americanos y también en el
español Museo del Prado, por lo que actualmente solo podemos ver unos pocos
restos de aquella colección de pinturas que decoraban todos los muros de esta
pequeña ermita.
Este singular edificio fue construido en estilo mozárabe a finales
del siglo XI, bajo la advocación de San Baudelio. Sin duda constituye la joya más original de la
arquitectura prerrománica soriana.
Pero la mayor riqueza artística de San Baudelio reside en los
frescos que cubrían completamente toda la superficie interior, siendo
respetados durante siglos, con gran variedad de estilos, funciones y
decoraciones, hasta que los especuladores acabaron con ellos.
Se accede a ella atravesando una entrada con arco de herradura que
se eleva respecto a la nave principal. Según
entras lo primero que te encuentras es la famosa “palmera” por la que todos recordamos
a San Baudelio:
Se trata de una columna cilíndrica de la que arrancan ocho
nervaduras con forma de herradura, a modo de ramas de palmera, que soportan la
bóveda.
En la parte superior de la columna se encuentra una pequeña linterna
que, según algunas teorías, pudo utilizarse como relicario para la custodia de
textos u objetos sagrados.
Iglesia de San Miguel
Cuando llegamos a San Esteban de Gormaz vemos en lo alto de una
empinada cuesta, la silueta de la vieja iglesia de San Miguel que es la iglesia
más antigua del románico soriano, con su galería porticada, que parece que fue la
primera construida en toda Castilla.
Data del año 1081. Sobre la utilidad de estas galerías porticadas
se ha comentado mucho, y no todo responde a la realidad; sin embargo parece que servían como lugar de concejo de los
vecinos.
San Miguel tiene planta de una sola nave, con ábside semicircular, presbiterio recto, galería abierta en el muro
sur y una torre de cronología más tardía. Construida en mampostería con sillares en las esquinas.
Destaca sobremanera su galería porticada, que consta de varios arcos que se
apoyan en columnas cuyos capiteles se hallan decorados con motivos exóticos. Vemos representados varios personajes con
turbantes en diferentes escenas. El trabajo realizado por el maestro cantero
demuestra una talla ruda pero cautivadora, lo mismo que los canecillos que
apoyan la cornisa.
La portada se abre en un cuerpo adelantado del muro sur cobijada
por un tejaroz de ajedrezado que se apoya en canecillos donde podemos ver; cuadrúpedos, personajes itifálicos, monos, un
músico con una flauta, etc. Se abre por
medio de tres arquivoltas de medio punto más el arco de acceso. Se decoran con baquetones que apoyan sobre
jambas y dos pares de columnas coronadas por sendos capiteles que representan;
los de la izquierda, cuadrúpedos y rostros humanos. Y los de la derecha, los
mismos cuadrúpedos y entrelazos.
En el muro del oeste se abre un arco de medio punto que apoya sobre
columnas dobles y llevan en sus capiteles; el izquierdo una cabra y un árbol
con piñas y el derecho una sirena de doble cola.
En el lado sur de la galería podemos ver siete arcadas que apoyan
sobre fustes muy sencillos, coronados por los correspondientes capiteles en los
que se representan; castillos con almenas, cabezas de guerrero asomando a las
almenas, una serpiente que muerde a un cuadrúpedo, un músico tocando el rabel,
, un pavo real, etc. Hay uno casi
irreconocible que podía ser una escena de Daniel con los leones.
La cornisa de esta galería está apoyada en una serie de canecillos,
casi todos muy erosionados que apenas dejan ver el motivo de los mismos. Se intuyen algunos leones, un halcón,
músicos, serpientes y caballeros con casco y escudo. Además de estos, quizá el
mejor conservado sea el de un monje leyendo un libro abierto en el que aparece
una inscripción que parece que es la fecha de la fundación de la iglesia.
San Esteban de Gormaz
Nuestra Señora del Rivero
Esta iglesia de Nuestra Señora del Rivero cuya silueta domina un
pequeño altozano sobre el río Duero, se
asemeja algo a su vecina de San Miguel, aunque es de una cronología más tardía.
La planta es de nave única, ábside semicircular, y una galería porticada
adosada al muro sur.
El ábside
construido en buena sillería, mantiene casi completa su disposición original,
con cuatro calles separadas por semicolumnas adosadas. Desde el exterior solo se puede ver la calle
sur.
Una portada abierta en el muro sur se articula por medio de tres
arquivoltas de medio punto; la más exterior se decora con una banda de flores
de tres pétalos y apoya sobre columnillas, la del centro lleva decoración de
doble sogueado y la interior tiene decoración de baquetones y descansa sobre la
imposta y la jamba.
En los capiteles de la izquierda se representa un personaje
vestido con un manto, tocado con un gorro, que tañe un instrumento musical de
cuerda; en el siguiente vemos un ave rapaz apresando a otras dos aves, y una
serpiente enroscada con un ave en el pico.
La galería aún conserva los originales arcos del lado este y dos
arcadas en el lado oriental. Los arcos
son de medio punto y apoyan sobre cimacios decorados con motivos vegetales y
estrellas, bajo los cuales vemos capiteles con los siguientes temas; una sirena de doble cola, un caballero con
lanza y un león devorando a otro animal.
Siguen, dos aves con las alas explayadas,
Sansón desquijarando al león, un músico y dos soldados, tres aves con las alas
explayadas picoteando a sus presas, una serpiente, una liebre y un perro.
La cornisa de la galería apoya en canecillos con aves, leones,
máscaras, un obispo con un báculo, un guerrero con escudo, y unos animales
devorando a sus presas.
Ermita de San Bartolomé
de Ucero
Tras una
pequeña caminata de poco más de dos kilómetros llegamos a la explanada donde se
ubica la ermita templaria de San Bartolomé.
Emplazada en un paraje sin igual, aislada en la boca del Cañón del Río Lobos,
esta bella construcción formaba parte de un cenobio templario, llamado San Juan
de Otero, del que en la actualidad sólo se conserva la capilla. Los símbolos
arquitectónicos inscritos en sus muros han sido fuente de numerosos debates,
atribuyéndoles algunos un origen
esotérico.
La ermita de
San Bartolomé de Ucero es sin duda el templo soriano que ha provocado los
mayores elogios no exentos de controversia. Esta ermita se encuentra al
norte de Ucero, siguiendo el camino paralelo al río Lobos. Según te
vas acercando, impresiona el paraje en el que está situada la ermita que se
asienta en una pequeña ladera.
El edificio está
construido en perfecta sillería y presenta una planta de cruz latina de una
sola nave, tramo recto y ábside semicircular. En origen seguramente
llevaría una espadaña que ha desaparecido y ha sido sustituida por un
campanario moderno de hierro.
El ábside se divide
en tres calles por medio de dos pilastras que llegan hasta la cornisa. En
cada una de ellas se abre se abre una sencilla ventana de aspillera abocinada
que se cubre con un guardapolvo adornado con puntas de diamante. La
cornisa se decora con una simple nacela y está sostenida por una serie de
canecillos con temas variados.
En uno de los muros vemos un extraordinario rosetón de clara influencia árabe formado por estrellas invertidas de cinco puntas que
dan lugar a un pentágono central y están entrecruzados por cinco corazones que
al parecer, presenta muchas similitudes con el símbolo judaico del Sello de
Salomón, y que podría estar vinculado con la leyenda del Grial y con la orden
de los caballeros Templarios.
Destaca el alto
número de canecillos que recorren los muros de la ermita, algunos lisos, aunque
en el brazo sur del crucero y en la fachada se decoran con motivos figurativos
y geométricos. Algunas fuentes establecen una relación directa sobre las figuras
de los canecillos, con el mundo templario y esotéricos. Un extraordinario
óculo se abre en uno de los muros del sur.
La portada principal es
apuntada y está articulada por medio de seis arquivoltas decoradas con
baquetones y escocias, alguna adornada al exterior con puntas de diamante y
otros motivos geométricos. El guardapolvo que cubre el conjunto está adornado
con estilizadas hojas de vid.
Se ubica en la
fachada meridional y se cubre con un tejaroz con cornisa de nacela apoyado en
una decena de buenos canecillos que presentan formas geométricas, barrilitos,
cabezas humanas, cabeza de lobo, un personaje sentado y cuatro cabezas humanas
colocadas en forma de cruz, otro representa una cabeza con casco ¿Tal vez un templario?
En la portada
principal, en la piedra superior de la columna de la izquierda que sujeta las
arquivoltas, hay grabado un símbolo que algunos han identificado como una salutación
a María. Dos uves opuestas y
sobrepuestas que rematan tres de sus cuatro vástagos con cruces. Este símbolo
incluye las letras de la salutación de la Anunciación: Ave María.
Entre los nidos de
buitres que pueblan estas paredes se abre una gran oquedad en la piedra caliza
conocida como Cueva Grande, que alberga en su interior muestras de arte
rupestre. Y delante de la ermita una bonita pradera verde, para enmarcar la
foto, y unos grandes árboles donde protegernos del sol en verano.
Caltojar
En la iglesia de la Asunción de Villasayas, desgraciadamente, es poco lo que se ha salvado de las muchas restauraciones reformas. Solo la portada de acceso y la galería porticada que se abre en el muro sur. La original cabecera románica fue reemplazada por otra de estilo gótico, mientras que la nave que ahora vemos es del siglo XVII.
Segovia
En estos capiteles destacan los temas de animales fantásticos y los vegetales con grandes hojas de acanto. Por encima de estos arcos hay un guardapolvo decorado con ajedrezado y en los cimacios volvemos a ver las flores cuatripétalas inscritas en círculos.
El ábside central se divide en tres calles por medio dos columnas, en cada una de las cuales se abre un ventanal de dos arquivoltas, abocelada una y lisa la otra, sobre par de columnas y jambas. Un guardapolvo ajedrezada cubre el conjunto. A la altura de los cimacios nace una imposta corrida de rosetas. Los ábsides laterales son más pequeños y sólo llevan una ventana de medio punto sin apoyos de columnas, solo con una chambrana.
En el interior de San Millán se abren tres naves separadas por pilares y columnas que en su día estuvieron cubiertas por un techo mudéjar del que todavía se conserva algún resto.
Zamora
San Miguel Arcángel
Cuando llegamos a Caltojar nos
encontramos con una de las mejores iglesias tardorrománicas no solo de los
alrededores de Berlanga de Duero, sino de toda esta zona rural soriana. La iglesia de San Miguel Arcángel de Caltojar
es una obra tardía de muy avanzado el siglo XIII, cuando las formas góticas ya
empiezan a fundirse con las románicas.
En origen, estaba compuesta
de tres naves que remataban en ábsides semicirculares, de los que hoy solo
queda uno original. Las naves están separadas mediante arcos apuntados y las
bóvedas que hoy contemplamos no son las que tuvo la iglesia original que
seguramente serían de madera. En el arco triunfal vemos los pocos elementos
figurativos que tiene esta iglesia; dos capiteles, de los que uno presenta unos
dragones con capucha.
Lo que más destaca por el exterior es su portada románica y el
enorme ábside central construido en buena sillería. La cornisa es soportada por un doble friso de
arquillos y canecillos decorados con rollos.
Pero para mí, lo mejor que tiene esta iglesia es su extraordinaria
portada meridional por su monumentalidad.
Se abre por medio de cuatro arquivoltas de baquetón de medio punto, y
una exterior que nos muestra unos grandes dientes de sierra o zigzag, cubiertas
por una chambrana decorada con puntas de diamante. Apoya el conjunto sobre
columnas, cimacios y capiteles vegetales.
Entre los elementos más originales que podemos ver en esta portada,
sin duda está el tímpano, rebajado por dos arcos inferiores a los que separa un
capitel pinjante, al estilo del que vimos en la iglesia zamorana de Santiago
del Burgo, aunque no llega a la calidad de aquel.
En el centro podemos ver un bajorrelieve que representa la figura
del Arcángel San Miguel empuñando una
lanza. La talla de este relieve es
bastante ruda.
Otra cosa que me impresionó de esta portada es su extraordinaria puerta
de madera con herrajes de hierro.
Villasayas
Asunción de Nuestra Señora
En la iglesia de la Asunción de Villasayas, desgraciadamente, es poco lo que se ha salvado de las muchas restauraciones reformas. Solo la portada de acceso y la galería porticada que se abre en el muro sur. La original cabecera románica fue reemplazada por otra de estilo gótico, mientras que la nave que ahora vemos es del siglo XVII.
La galería porticada también ha sufrido sus vicisitudes, pues en
época desconocida fue cegada y hubo que esperar a finales del pasado siglo para que se librara
de los tabiques que la cerraban.
El pórtico tiene un total de
ocho arcos de medio punto, cuatro a cada lado del arco de entrada que se sitúa
en el centro. Apoyan en columnas dobles, pero en los dos extremos encontramos
dos figuras bastante deterioradas.
Los capiteles de estas columnas se decoran la
mayoría con motivos vegetales de hojas muy carnosas y de ellos tres tienen
decoración figurada; en uno vemos parejas de arpías, otro lleva dragones y el
tercero, que está muy erosionado nos muestra lo que parecen ser dos hombres
entre leones.
Sobre el arco de ingreso de la portada encontramos un relieve que
representa escenas de la Anunciación, donde aparece el arcángel San Gabriel
arrodillado ante la Virgen, mientras que a la derecha aparece San José
dormitando como es habitual en estas escenas románicas.
También podemos ver dos relieves en las enjutas del arco del
pórtico, demasiado deterioradas por lo que difícil su interpretación, aunque
podemos adivinar un personaje montado sobre una fiera que podría representar a Sansón.
En el muro se abre una pequeña puerta románica que, aunque modesta,
nos muestra tres arquivoltas, la inferior lisa sin decoración; la central se
decora con numerosos animales reales y fantásticos y la más exterior presenta
un grueso baquetón. Por encima lleva un guardapolvo decorado con carnosas hojas
vegetales.
Apoyan estas arquivoltas en dos capiteles figurados que se decoran
el uno con arpías y el de enfrente, con dos personajes luchando contra leones.
Segovia
San Esteban
La iglesia de San Esteban fue construida entre finales del siglo XII y principios del XIII. Está formada por tres naves, que han sido muy modificadas a lo largo de los siglos, sobre todo la cabecera. Lo que es principalmente la iglesia no tiene muchos elementos románicos pero lo compensa con una buena galería porticada y su esbelta torre campanario.
Esta torre es sin duda el elemento caracteriza al templo y para la mayoría s autores es el campanario más bello de todo el románico de la península, con sus cincuenta y seis metros de altura.
Se encuentra adosada al muro meridional del templo y su planta cuadrada está dividida en seis cuerpos a los que separan impostas decoradas con motivos vegetales de flores cuatripétalas inscritas en círculos.
El primer cuerpo es casi tan alto como la iglesia. Por encima encontramos dos pisos con dos ventanas ciegas a cada lado. Están decoradas con una arquivolta de ligeramente apuntada y guardapolvo ajedrezado y apoyada en dos columnas con los capiteles decorados con animales fantásticos, aves, leones y algunos de tipo corintio.
En la tercera y cuarta planta podemos ver ventanales dobles en cada lado, son unos extraordinarios arcos de medio punto ligeramente apuntados que se abren por medio de tres arquivoltas cada uno que descansan en columnas coronadas por bellísimos capiteles.
En el último cuerpo se abren tres ventanas de menor tamaño en cada muro. También llevan el arco ligeramente apuntado, pero en este caso con una sola arquivolta de las mismas características y el guardapolvo está sin decorar. Apoyan sobre columnas las exteriores simples y las dos centrales dobles que se coronan también con capiteles en los abundan los temas animalísticos.
La galería porticada es otro de los elementos destacados, también tiene interesantes capiteles decorados que por desgracia debido a la erosión provocada por el paso de los años nos impiden en algunos casos su identificación. Aun así podemos observar algunas escenas bíblicas como la de la Adoración o un Pantocrátor. Los arcos están decorados con un guardapolvo dónde se ha esculpido un motivo de zigzag.
La cornisa presenta una buena colección de canecillos decorados que también han sufrido un gran deterioro como en el caso de los capiteles.
Segovia
San Millán
La Iglesia de San Millán es una de las iglesias más antiguas de la ciudad y sin duda la más importante del románico de Segovia. Su fábrica refleja influencia de la arquitectura aragonesa, y su construcción se llevaría a cabo entre la segunda y tercera década del siglo XII. Su torre es un resto mozárabe probablemente del siglo X, y que pertenecería a una antigua iglesia de finales del siglo XI.
La iglesia de San Millán se compone de cabecera con cuatro ábsides, de los que tres corresponden a las naves, y el cuarto, añadido posterior, a la sacristía. En sus muros se abren tres portadas, y dos galerías porticadas que se añadieron más tarde a la fábrica principal.
Estas galerías se componen de arcos de medio punto al que cubre un guardapolvo de billetes y descansan sobre columnas encapiteladas y cimacios vegetales. Por encima corre una cornisa a la que sujetan una buena colección de canecillos decorados con diversos temas.
En las tallas de estos capiteles todavía se adivinan animales, temas vegetales y escenas bíblicas. Tanto por encima de estas galerías como en los muros podemos ver unas magníficas colecciones de canecillos.
Las columnas y capiteles son de grandes dimensiones. Muestran escenas del Antiguo y Nuevo Testamento, donde podemos ver representaciones de los Reyes Magos y la Huida a Egipto.
Estos arcos descansan en dobles columnas coronadas por magníficos capiteles decorados con animales afrontados, aves y algún tema vegetal. Por encima corre una imposta de entrelazo vegetal, que la separa de las ventanas que se abren en el semicírculo absidial.
Segovia
San Justo
La iglesia de los Santos Justo y Pastor fue construida sobre los
restos de una ermita dedicada al Cristo de los Gascones entre los siglos XII y
XIII y es popularmente conocida como Iglesia de San Justo. Está ubicada muy
cerca del Acueducto. Se puede considerar una de la joyas románicas de la ciudad
debido a sus importantes pinturas murales además de poseer uno de los pocos tímpanos esculpidos del románico
segoviano
Se trata de una iglesia de nave única y cabecera con ábside semicircular
precedido de amplio presbiterio. No
destaca precisamente por su exterior aunque cuenta con una torre cuadrada en la
que se abren vamos en los dos últimos cuerpos; dos ventanas en cada lado, las
del cuerpo inferior cegadas y en las del superior vemos que se abren por medio
de dos arquivoltas que descansan sobre columnillas encapiteladas.
En origen tenía dos portadas una de ellas cerrada al exterior y
solo se aprecia desde el interior del edificio y la puerta principal que está formada por tres
arcos de medio punto. El más exterior y el más interior están decorados con
flores esculpidas, de ocho pétalos la exterior y de cuatro la inferior. La arquivolta central es un grueso baquetón y está
apoyada en dos columnas con los capiteles decorados con animales y motivos
vegetales.
Justo delante de la ventana
del ábside podemos ver una talla gótica de Cristo crucificado. Se trata de una
escultura de los siglos XIII, o XIV.
Una de sus principales características son sus importantes pinturas
murales del siglo XIII ubicadas en el ábside y
presbiterio, donde destacan el Pantocrátor, la Última Cena (incompleta)
y varias escenas de la Pasión de Cristo.
Estas pinturas fueron descubiertas gracias a una restauración
realizada en los años sesenta del pasado siglo, cuando se procedió a la restauración
del ábside. En el centro de la cabecera podemos ver una ventana de medio punto
rodeada de las escenas del Descendimiento de la Cruz y la Crucifixión.
En el muro del evangelio podemos contemplar una pequeña puerta de
medio punto que comunicaba el templo con la torre. Tiene un extraordinario tímpano esculpido con restos de policromía. En
él se relata el descubrimiento del Santo
Sepulcro por Santa Elena. Los personajes que aparecen el tímpano son, un obispo
con su báculo, dos personajes femeninos, Santa Elena, un altar y un personaje
con incensario. El conjunto se rodea con una arquivolta dovelada, decorada con
entrelazos geométricos y por encima la cubre un guardapolvo de ajedrezado.
En ese mismo lado podemos ver una urna que contiene la talla del
Cristo de los Gascones. Cuenta la tradición que fue trasladada sobre el año
1100 a lomos de una yegua desde la Gascuña francesa y que al llegar a Segovia la
yegua murió, por lo que interpretaron que en ese lugar debería quedarse la
talla.
Segovia
San Martín
La iglesia de San Martín
está ubicada en pleno centro de la
ciudad segoviana. El edificio tiene un origen prerrománico, y prácticamente la
totalidad de la iglesia, exceptuando los ábsides, está rodeada de galerías. La
del lado occidental salva un fuerte desnivel mediante un pórtico a diferentes
alturas.
San Martín presenta un
edificio de tres naves con tres tramos cada uno, transepto y, cimborrio sobre
el crucero y tres ábsides
semicirculares, de los que el central no es el original.
De los absidiolos laterales, se ve muy restaurado el de la
Epístola, el juego de dos cuerpos superpuestos lleva una arquería ciega en el
inferior. El del Evangelio está en bastante mal estado.
También podemos ver una enorme torre de ladrillo, que también
pertenece a la época románica aunque fue reformada en el siglo XIV, que nos
recuerda a la de San Tirso de Sahagún. Consta de tres cuerpos de los que dos
inferiores poseen dobles vanos de medio
punto en cada lado. Mientras que el cuerpo superior, está cubierto con un chapitel
barroco muy posterior.
Destaca la escultura del programa artístico del conjunto. Sobre todo, las
figuras de la galería norte, donde podemos ver un conjunto de capiteles que representan escenas del Antiguo y del Nuevo
Testamento, junto con otros con guerreros combatiendo contra animales monstruosos y varios temas vegetales.
También narran algunas de las escenas bíblicas como; La Última Cena, la matanza de los Inocentes, la Anunciación, un Pantocrátor o Cristo en
majestad, rodeado de cuatro ángeles, Presentación de Jesús en el Templo, la Virgen y San José camino de Belén, el beso
de Judas, etc. Por desgracia el mal estado de deterioro no nos permite
descifrar otros con claridad.
La portada abierta en el hastial occidental que forma la gran
entrada del pórtico se compone de un arco de medio punto con cuatro arquivoltas
aboceladas decoradas con entrelazos geométricos y motivos vegetales. Las cubre una chambrana con aspas dentro de
círculos inscritos. La segunda y la
cuarta estas arquivoltas apoyan en dos pares columnas estatua a cada lado,
rematadas por capiteles.
Los personajes que se representan en estas columnas podrían
tratarse de apóstoles o personajes del
Antiguo Testamento, y destacan por sus cuerpos esbeltos y un rico tratamiento
de las vestimentas.
En la misma plaza en la que se ubica la Iglesia hay tres elementos
escultóricos que llaman mucho la atención. El primero es el monumento a Juan
Bravo, que da nombre a la calle y a la plaza. Este señor era un noble que
comandaba las milicias de Segovia cuando éstas se alzaron en mayo de 1520
durante el levantamiento de los comuneros.
Santa María Magdalena
La iglesia de Santa María Magdalena es una construcción de los siglos XII y XIII y en ella se ve claramente dos estilos constructivos. En el primero vemos una influencia claramente románica mientras que en el segundo periodo abundan los elementos góticos. En el siglo XIX perteneció a la Orden de San Juan de Jerusalén hasta el año 1874.
El edificio es de planta basilical, de una sola nave, con presbiterio recto que precede a un esbelto ábside semicircular y vemos una torre que parece que no fue acabada porque está desmochada en el extremo del hastial norte y que está rematada con una sencilla espadaña.
En el centro muro sur se abre la extraordinaria portada principal, con profundo abocinamiento, enmarcada por dos contrafuertes. Nos muestra un arco ligeramente apuntado y está compuesta por cinco arquivoltas que apoyan en cimacios decorados con motivos vegetales.
La arquivolta más interior es polilobulada, que nos recuerdan el estilo mozárabe. Las demás están en muy recargadas con motivos vegetales, entrelazos y palmetas, que se adaptan al cuadrado de cada dovela. En la segunda arquivolta vemos alguna de las pocas representaciones figuradas de toda la portada, vemos una dovela una cabeza humana muy sonriente y en otra muy cercana se representa a un Obispo con su báculo.
En la clave de la arquivolta exterior vemos una cabeza de felino, de cuyas fauces salen dos tallos trenzados. Por encima corre un guardapolvo decorado con pequeñas cabecitas humanas. Las columnas acodilladas que soportan las arquivoltas descansan sobre podios, menos la interior que lo hace sobre simples jambas.
Los capiteles del lado izquierdo presentan la siguiente ornamentación; el primero que se sitúa sobre la jamba nos presenta dos monstruos alados cuya cola termina con una cabeza con las fauces abiertas; En el segundo se representa a dos arpías con capirote y en el centro del capitel la cabeza de un felino; el tercero también representa a un par de arpías de cola alargada; el cuarto se decora con motivos vegetales y en el quinto vemos dos animales fantásticos con una piña en el centro del capitel.
En el lado derecho, con quizá una representación menos ostentosa, vemos; dos parejas de monstruos alados con patas y colas entrelazados en el primero; dos arpías enfrentadas, en el segundo; el tercero es vegetal de hojas de acanto; vuelve la representación de las arpías en el cuarto y en el quinto y último vemos un tema vegetal de hojas muy carnosas.
Por encima de la portada podemos ver un rosetón con un guardapolvo decorado por el exterior con puntas de diamante, taladrado por cuatro círculos en forma de cruz decorado con puntas de diamante.
Colegiata de Santa María la Mayor de Toro
La Colegiata de Santa María la Mayor de Toro, en Zamora, es una construcción románica de finales del siglo XII. En sus orígenes debió de formar parte de un monasterio, pasando tres siglos después a erigirse en colegiata de canónigos regulares. El inicio de la construcción del edificio actual debió ser a mediados del segundo tercio del siglo XII, pero no se terminó la obra hasta 1240.
En un periodo tan dilatado de tiempo tuvo que haber al menos dos maestros y otros tantos talleres, pues se ve claramente por los colores de la piedra utilizada. El primer taller se deberían; la cabecera, la parte inferior de los muros y la portada abierta en el muro norte y al segundo taller se deberían el resto de los muros y la nave central.
Encabezando cada una de las naves podemos ver un ábside semicircular siendo como es costumbre en el románico, el central de mucha mayor altura y anchura que los laterales. Estos se dividen horizontalmente en dos cuerpos. El central se articula por medio de cuatro columnas que lo dividen en tres calles verticales en las que vemos tres arquerías ciegas en cada una de las calles.
La colegiata tiene varias ventanas de gran calidad, especialmente dos del costado norte muy decoradas. A su vez hay que citar sus numerosos rosetones, nada menos que seis: hastiales occidental y de los dos extremos del transepto, presbiterio y otros dos en la nave lateral, donde se prefirieron estos óculos circulares que ventanas convencionales como sucede en la nave norte.
La puerta abierta en el muro norte es ejemplar. Sobre unos elevados podios se levantan en grupos de tres las columnas que soportan las arquivoltas sobre capiteles decorados con finos motivos vegetales y animalísticos. El arco interior de medio punto presenta decoración lobulada y una magnífica decoración con angelitos entre los lóbulos.
El resto de las arquivoltas se decoran de la siguiente manera; la exterior mediante una serie de figuras radiales; se representa a Cristo en Majestad junto a la Virgen y otra figura que podría ser San Juan Evangelista. Alrededor se muestran los 24 ancianos de la Apocalipsis con instrumentos musicales en sus manos; salterios, arpas, una de ellas doble, cítolas, fídulas, etc.
En la segunda arquivolta aparecen motivos vegetales, que semejan cogollos de alcachofas o similar. En la siguiente volvemos a ver a Cristo bendiciendo, pero esta vez está en pie, no como es habitual sedente en Majestad, a su lado vemos catorce ángeles con incensarios. Los capiteles presentan una muy elabortada ornamentación vegetal y alguno figurado, en el que aparecen una par de centauros alanceados por caballeros.
Interiormente el cimborrio se dispone sobre los cuatro arcos torales del crucero, descansando en un sistema de pechinas que soportan una elevada linterna de planta hexadecagonal. Esta linterna la forman dos alturas de ventanales, en cada uno de los cuales se disponen dieciséis ventanas de medio punto. Por el exterior, cuatro torrecillas que corresponden en proyección horizontal con los cuatro pilares del crucero, actuando como contrafuertes; se cubre con faldones de teja curva.
En la fachada occidental el enorme ventanal que ocupa gran parte del testero y el arco apuntado sobre la portada son góticos y el resto de elementos todavía más modernos, barrocos del siglo XVIII.
La portada se abre con una serie de arquivoltas de medio punto ligeramente peraltado sobre la que va el guardapolvo de nacela decorada con arquitos formados por aros. Apean en columnas coronadas por capiteles con decoración vegetal de hojas y volutas.
La torre es el elemento más significativo de la fachada oeste y se
levantó a principios del siglo XIII, una vez concluida la nave que contaba con
una de las portadas en este hastial occidental.
Zamora
Catedral de El Salvador
La Catedral de El Salvador de Zamora, conserva todavía notables elementos pertenecientes a la fábrica románica. Se erigió a partir de 1150, durante el reinado de Alfonso VII, siendo consagrada en 1174. Posteriormente a principios delo siglo XIII se completaron las fachadas, se construyó el cimborrio y se levantó la torre. El edificio actual consta de tres naves que en origen tuvieron ábsides semicirculares, que desaparecieron a finales del siglo XV.
De las tres portadas que proporcionaban acceso al templo, la occidental se eliminó para construir una capilla mientras que la del norte se perdió en el incendio de 1591. Por lo la que la única portada que sobrevive es la del sur, denominada Portada del Obispo.
Esta monumental portada se integra como un elemento más de la fachada en su parte central. Está compuesta por cuatro arquivoltas decoradas con lóbulos cerrados.
La arquivolta interior descansa sobre simple jambas y las tres restante lo hacen sobre columnas acodilladas. Cubre el conjunto un guardapolvo con perfil de baquetón y escocia
Tanto las columnas como las pilastras que forman las jambas poseen capiteles de tipo corintio cuyas cestas se adornan con hojas carnosas. Los cimacios se unen para formar una imposta moldurada de igual perfil que el de la chambrana. La composición de los capiteles es prácticamente idéntica a ambos lados de la puerta.
Las dos gruesas columnas que enmarcan la portada, apoyan sobre plintos de estrías verticales, y todo ello sobre un elevado podio. Delimitan también los cinco arcos doblados ciegos de medio punto colocados encima de la portada. Estos arcos se apoyan en columnillas coronadas por capiteles vegetales.
Lo que realmente caracteriza a la catedral de El Salvador zamorana es su cimborrio, que debió construirse a finales del siglo XII. Está formado por un tambor cilíndrico abierto por dieciséis ventanas. Todo el conjunto descansa sobre cuatro pechinas compuestas por cuatro grandes pilares.
La torre construida a principios del siglo XIII se alza a los pies de la nave izquierda y presenta una planta cuadrada dividida en cinco cuerpos de los que los inferiores son macizos sin ventanas. En el tercero se abre un arco de medio punto para albergar campanas, en el siguiente dos huecos y en el último, tres.
Zamora
San Juan de Puerta Nueva
La iglesia de San Juan de Puerta Nueva, está dedicada a San Juan Bautista por cuya denominación también se la conoce. No hay ningún documento que nos indique la fecha de su construcción pero sí se sabe que estaba ya levantada en el año 1172, por lo que se supone que su origen se remontaría a mediados del siglo XII.
La cabecera es de triple ábside rectangular, de los que el central es mucho más ancho y alto que los laterales, y muy resaltado por alzarse la enorme torre cuadrada sobre él.
El ábside derecho es el único que mantiene su traza primitiva, donde se abre una ventana aspillerada abocinada con arco de medio punto decorado con baquetones y medias cañas y cubierta por un guardapolvo de perfil de nacela. Los capiteles y cimacios se decoran con motivos vegetales de hojas de acanto. .
La fachada meridional es la que presenta más carácter románico original y en ella se abre la portada principal enmarcada por columnas que suben hasta la cornisa, donde rematan con capiteles muy erosionados.
Esta portada es de arco de medio punto mediante tres arquivoltas, de las que las dos exteriores están decoradas tanto en el frente como en el intradós con grandes florones de ocho pétalos. La arquivolta interior solo está decorada en la cara frontal con motivos vegetales. Cubre el conjunto un guardapolvo liso moldurado.
Sobre la portada podemos ver un rosetón parecido al que vemos en otros templos de Zamora. Un círculo central encierra una cruz patada, mientras que en su trasdós se apoyan ocho columnillas de pequeño fuste y capiteles decorados con motivos vegetales.
Una segunda portada, que en la actualidad está cegada, se abría en el tramo intermedio. Es más sencilla que la principal, estando formada por un arco de medio punto con dos arquivoltas y guardapolvo, con molduras lisas a base de baquetones y medias cañas, que descansan sobre dos columnillas con capiteles lisos muy sencillos.
Zamora
Santiago del Burgo
La iglesia de Santiago del Burgo es una construcción de mediados
del siglo XII, aunque desconocemos la fecha exacta. Los primeros documentos que hablan de esta
iglesia fue una escritura de donación en el año 1181.
Se estructura en una planta basilical de tres naves que se rematan
en otros tantos ábsides de plata rectangular. Y testero plano. La cubierta es
abovedada que descansa en seis pilares centrales. Tenía tres puertas de acceso pero en la
actualidad solo existen dos, pues la que se abría en la fachada occidental está
cegada
La cabecera la forman tres ábsides de testero plano, de los que
central y más ancho y alto que los laterales. Carecen de cornisa y solo lleva una
imposta que corre por la base de las ventanas.
En los testeros se abren cinco ventanas, las de los laterales más
sencillas, pues son de simple arco dovelado que descansa en columnillas con
capiteles.
Más interesante es la que vemos en el central, que se abre con tres arquivoltas de medio punto decoradas con boceles y cubiertas por un guardapolvo que descansan sobre largas columnillas con cimacios y capiteles de hojas vegetales muy carnosas.
La fachada del muro sur se divide en cuatro tramos separados por enormes
contrafuertes, donde se abren su portada principal y tres ventanas de medio punto doveladas que descansan sobre cimacios, columnas y capiteles..
Dispone de torre de planta cuadrada situada en la esquina sur-occidental, lisa hasta que se alcanzan los vanos campaneros. En cada lado de la torre se abren dos huecos para las campanas. Una imposta de bocel liso separa los dos últimos cuerpos de esta torre.
Lo que más llama la atención de esta portada es el tímpano sin
decorar y los dos arquillos que descansan en el centro sobre un capitel
pinjante, muy parecido y con mejor técnica que el que vimos recientemente en la
iglesia de San Miguel de Caltójar en Soria.
Por encima de la portada vemos un rosetón de pequeñas dimensiones con
un ojo circular en el centro y otros seis hexagonales que le rodean. Todos los vanos llevan en su contorno una
escocia en la que se colocan pequeñas bolas.
En la fachada del muro norte
se abre otra buena portada de arco de medio punto con cuatro arquivoltas,
cubierta por un guardapolvo a base de nacelas, listeles y boceles. Las dos arquivoltas centrales apoyan en
columnas acodilladas y las exteriores directamente en jambas. Los capiteles llevan una decoración vegetal
muy simple.
Todavía en la fachada occidental podemos ver otra portada que
actualmente está cegada. Consta de un arco
de medio punto de tres arquivoltas. Se
compone cada una de ellas de una sucesión de rollos macizos tangentes y tiene
gran parecido con la decoración que vimos en la Puerta del Obispo de la catedral.
Zamora
Santa María de la Horta
La Iglesia de Santa María de la Horta perteneció a los Caballeros
Hospitalarios de la Orden de San Juan de Jerusalén y más tarde a las monjas de
esa misma Orden. De este antiguo convento sólo se conserva la fachada, rehecha
en el Siglo XVI. Fue sede parroquial en los denominados Barrios Bajos, en el
margen derecho del Duero, antes conocido como "La Puebla del Valle".
El inicio de su construcción
data sobre el año 1163 y en sus muros combina los elementos del románico hasta
los finales del gótico donde abunda la variada decoración en sus elementos
arquitectónicos. Destaca sobre todo el ábside y sus portadas. Tanto la nave
como el ábside de la iglesia se levantaron en el siglo XII, mientras que la torre se construyó en el XIII.
El ábside semicircular, se divide en cinco calles por medio de
cuatro gruesas columnas. Las calles de
los extremos no llevan ventanas y en las otras tres podemos ver sendas ventanas
aspilleradas, bajo las que corre una imposta de doble caveto con bocel
intermedio.
Estas ventanas absidiales son de alta y estrecha abertura, en aspillera,
con marcado derrame, no solo en el lateral, sino
también en el arco, que está formado por un grueso bocel.
La portada meridional exterior no da acceso directo a la nave sino
a un pórtico. También podemos ver otra
portada más antigua, que está compuesta
por un arco de medio punto que se abre con cuatro arquivoltas decoradas con baquetones y escocias, a las que cubre un
guardapolvo. La arquivolta interior descansa sobre las jambas y las otras tres
sobre columnas acodilladas.
Zamora * San Cipriano
La actual iglesia de San Cipriano de Zamora es el resultado de una
serie de reformas arquitectónicas llevadas a cabo desde su construcción a finales
del siglo XI hasta la última
restauración del siglo XX. Por lo tanto
lo que queda de románico sería su cabecera de tres ábsides planos, parte de la
nave, la portada del sur y la torre.
Lo que hoy podemos ver de la iglesia, es que consta de una sola nave,
muy ancha, lo que se deberá a que en principio era de tres naves que se
corresponderían con los tres ábsides.
Estos ábsides son de testero plano como en la mayoría de los templos
zamoranos, siendo el central de mayor altura y anchura que los laterales.
Como hemos dicho, la cabecera es la parte más antigua de la iglesia
y correspondería a la primera fase de
construcción de finales del siglo XI. Su perfecto estado de conservación nos
hace presumir que está bastante restaurada y creo que el ábside lateral del
norte es el que ha sufrido menos cambios.
En los testeros solo destacan sus ventanas de aspillera y en el del
muro meridional se abre una ventana de arco de medio punto con dos arquivoltas
y guardapolvo. La arquivolta interior apoya sobre sendas columnas coronadas por
capiteles que no son los originales. En
el tímpano podemos ver un relieve que muestra varios personajes y está en
bastante mal estado; uno de ellos lleva una cruz.
La ventana del ábside central está muy deteriorada y ha perdido
parte de sus componentes, como las columnas completas y algunos trozos de su
guardapolvo. Por encima del vano de la misma vemos otro relieve con tres personajes
tallados en él y una inscripción.
De las tres ventanas absidiales la que mejor se conserva, con casi
todos sus elementos originales, está formada por un guardapolvo con decoración
ajedrezada y las arquivoltas apoyan sobre fustes ornamentados sobre los que
vemos buenos capiteles decorados con motivos vegetales.
En el tímpano, al igual que en las otras ventanas se ha colocado un
relieve en el que podemos ver varias figuras que podrían representar la Resurrección
de Cristo, en el que aparece éste junto a un personaje con la mano en el mentón
y otro que junta las manos sobre el pecho.
En el muro sur de la nave se reubicó la portada cuya disposición
primitiva se desconoce. Esta portada permanece cegada toda vez que la que
permite el acceso al templo se encuentra en el muro occidental. La portada
románica está formada por arco ligeramente apuntado con tres arquivoltas
cubiertas por una chambrana que apoyan sobre jambas. Todo este conjunto carece de decoración.
Sin embrago en las enjutas de esta portada, podemos ver incrustadas
algunas piedras talladas en relieve que obviamente no pertenecen a la
construcción original y seguramente se han trasladado de otro lugar. En uno figura la representación de Daniel
entre leones y el otro la figura de una
hidra con siete cabezas, una inscripción indescifrable, un herrero con el yunque
y al apóstol San Pedro con las llaves.
La torre es otro de los elementos que aún quedan del primitivo
templo románico de San Cipriano. Está
adosada al muro sur y en el cuerpo superior se abren ocho vanos, dos a cada
lado, con troneras de arco apuntado, que apoyan sobre cimacios sin decorar. El remate de la torre ya es muy posterior ya
que vemos bolas herrerianas en las cuatro esquinas y termina en un simple
chapitel.
Monasterio de Moreruela
Parece que los orígenes de este monasterio son un tanto confusos, pues en Moreruela de Suso también hubo otro anterior con la advocación a Santiago, que se ubicaba en la otra margen del río Esla, fundado por San Froilán y San Atilano. Por diferentes causas este monasterio fue trasladado a Moreruela de Frades, donde hoy podemos contemplar las ruinas de este magnífico monasterio actual.
La fundación de éste, tuvo lugar en el año 1143. Tiene una situación privilegiada, cerca de la Vía romana de la Plata, al lado del río Esla, en la finca ganadera de la Guadaña, en Granja de Moreruela.
A finales del siglo XI un abad benedictino llamado Roberto decidió fundar una orden al margen de la cluniacense que ya estaba en plena decadencia. Así, surgió la Orden del Cister que pretendía llevar una vida más austera, huyendo de la suntuosidad, que pretendía dedicarse por igual al estudio, al trabajo y la oración. Estas nuevas reglas y forma de vida calaron muy pronto en todos los sitios, y en España fue San Bernardo de Claraval el que más influyó en la propagación de esa orden.
A mediados del siglo XII, en 1131, en una de las repoblaciones monásticas llevadas a cabo en España, se inicia la construcción de este monasterio por mediación Ponce de Cabrera que por mandato de Alfonso VII dona la villa abandonada de Moreruela de Frades a una comunidad de monjes cluniacenses, para que se asentaran en el lugar.
Pronto estos monjes se vieron atraídos por las ideas renovadoras de San Bernardo de Claraval, por lo que cambiaron los hábitos negros cluniacenses por los blancos cistercienses, e iniciaron el gran desarrollo económico y administrativo de un importante dominio territorial.
Este monumental edificio cumple al pie de la letra con las normas de austeridad dictadas por San Bernardo, aunque en su iglesia todavía quedan las reminiscencias del modelo cluniacense, muy extendido en todos los monasterios del Císter. La iglesia y el claustro datan del siglo XII.
Desde el siglo XVIII los antiguos peregrinos que hacían el Camino de Santiago por la Vía de la Plata encontraban alivio y descanso, en la Fuente del Peregrino. Muy cerca de aquí se levantó la Hospedería del monasterio, que parece que debió de contar con un hospital de peregrinos.
Junto a la Hospedería se levantó un claustro con acceso por varias puertas. En una de ellas, la del norte aún podemos ver restos de las conchas que nos traen recuerdos del Camino de Santiago.
La sala capitular y la iglesia eran los lugares en los que se desarrollaban las distintas actividades de los monjes de este monasterio. A esta iglesia debían acudir los monjes siete veces al día. Su estilo ya es románico tardío, con planta de tres naves, crucero y una grandiosa cabecera. Destaca la capilla mayor compuesta de ábside semicircular y girola, en la cual se abren siete absidiolos.
En este mismo siglo XII se llevó a cabo una reforma y se dispusieron bóvedas ojivales y varios capiteles decorados con motivos vegetales como correspondería al estilo del Císter. Desde el exterior tenemos una magnífica vista de esta cabecera en la que llama la atención una gran variedad de pequeños símbolos y marcas de cantero talladas en los sillares.
Benavente * San Juan del Mercado
La iglesia de San Juan de Mercado responde al estilo románico del siglo XII aunque su cubierta no se realizó con
bóvedas, motivo por lo que actualmente cuenta con techo de madera y tejado a
dos aguas. Su planta es de tipo
basilical de tres tramos con ábsides semicirculares. La nave central es doble de ancha que las
laterales.
De sus tres portadas la más interesante es la que se abre en el muro sur, por su amplio desarrollo iconográfico. Muestra
arco de medio punto ligeramente apuntado apoyado en jambas lisas y tres
arquivoltas abocinadas sobre otras tantas parejas de columnas con capiteles
decorados.
Destacan estas columnas por su extraordinaria decoración con unas
tallas que nos hacen recordar las de la Puerta Speciosa de la iglesia alavesa
de Estíbaliz y por las seis esculturas adheridas a las mismas, que representan
a diversos profetas, como Moisés, David y San Juan Bautista.
En el tímpano se representa una Epifanía, con la Adoración de los
Reyes Magos, situando en el centro a la Virgen con el Niño en brazos, a la
izquierda los reyes en actitud de ofrenda y, por último, a la derecha a San
José dormitando apoyado sobre un bastón.
En el resto de la portada aparecen escenas relacionadas con el
nacimiento de Jesucristo. En el centro de la primera arquivolta aparece la
Estrella de Belén, también puede reconocerse a los Magos con Herodes, ante
quien hace guardia un soldado con la espada en alto. A la derecha de la
estrella se ven los pastores durmiendo y junto a ellos varios ángeles con incensarios.
La acceso al templo se efectúa por la portada occidental compuesta
por un arco de medio punto y tres arquivoltas abocinadas, decoradas con
baquetones y escocias, todas lisas menos la más interior que se decora con
roleos. El arco de ingreso es el que más
decoración lleva, pues sus doce dovelas están decoradas con motivos vegetales,
geométricos y animales y apoyan en tres columnas a cada laso coronadas por buenos
capiteles vegetales, a excepción de uno figurado, que representa la despedida
del caballero de su dama.
Benavente * Santa María del Azogue
El origen del edificio se atribuye a la época de repoblación de la
ciudad por Fernando II, hacia 1180, pero podemos observar diferentes etapas de
construcción. Se trata de una iglesia románica con cinco bellos ábsides y tres
portadas.
En una primera fase en el siglo XII se levantan los cinco ábsides,
parte de la iglesia y las dos portadas románicas que se abren en el crucero.
Pocos años después se paralizan las obras por la muerte de Fernando II en 1188. No se reanudan las obras hasta finales del
siglo XIII, y se hace con otra piedra de diferente tono. Debido a un problema
de cimentación en 1735 se derrumbó la portada occidental, o la “de los Apóstoles”.
En los motivos de la decoración y en la distribución de los ábsides
y pilares se observa una clara influencia del estilo cisterciense, y
concretamente del monasterio de Moreruela, situado muy cerca de aquí, en la
localidad de Granja de Moreruela.
En las fachadas de la iglesia se abren tres portadas. La situada en el muro meridional, que tiene en el
tímpano el tema del “Agnus Dei” o Cordero Místico, rodeado de ángeles
incensando. Esta portada se abre mediante
tres arquivoltas de medio punto que cobijan un tímpano y se sostienen por tres
parejas de columnas decoradas con capiteles de palmetas.
La arquivolta exterior está formada por arquillos de medio punto. La intermedia está decorada con flores de cuatro pétalos y en la más interior podemos ver diversas representaciones figurativas, como la de Eva, que aparece sentada bajo el árbol del que pende la manzana prohibida, mientras la serpiente se acerca al oído para tentarle.
A continuación, un león alado, un ángel de pie con un libro abierto en sus
manos, un águila de alas explayadas; y
un toro alado. Estas últimas figuras sin duda representan los símbolos de los
cuatro evangelistas. El tímpano representa a Cristo como cordero, la figura del
Buen Dios rodeado por cuatro ángeles incensarios, dos en pie y dos en vuelo.
La puerta que se abre en el muro norte no tiene desarrollo
iconográfico pero podemos ver una excelente muestra de decoración vegetal. Está
compuesta por cuatro arquivoltas de
medio punto muy decoradas con pinzas, florones, arquillos sobre baquetón y
zigzagueados con bolas formado rombos. La chambrana también tiene decoración
vegetal.
Apoya todo el conjunto en tres pares de columnas coronadas por
capiteles vegetales a excepción de uno que lleva esculpida una arpía.